RosaFaccaro
DESCUBRIMIENTO,CONQUISTA
Y COLONIZACION
Desde el Grupo Confluencia
Nota
publicada en "Orilla"-Buenos Aires 2 de Enero de 1989
El
Grupo actuante para la realización de "El Retablo de los Naranjos", cuya
exhibición se efectúa en el Centro Cultural Ciudad de Buenos Aires, reúne
todo el interés que puede suscitar una puesta en escena cuya expresión
surge del espíritu de América.
Los árboles son los lugares señalados para centralizar una instalación
que directamente evoca los ritos cotidianos de las culturas agrícolas
solares. El uso del pan moldeado, con toda la riqueza icónica, inspirada
en la necesidad de una demanda de trabajo y fecundidad, puede ser registrada
como un silabario digno de un testimonio no verbal, más concreto, menos
intectualizado y abstractizante.
El
hueso, la paja, la yerba mate, simbolizan el ceremonial de una gran parte
de nuestra geografía cultural, donde todavía se sirve de estas osamentas
como función y signo de las grandes extensiones pampeanas. El hueso de
nuestro ganado ,simboliza también la riqueza, la miseria, las grandes
sequías que asolan gran parte de nuestro territorio.
El trigo, emblema religioso, ha sido transculturado a diferentes significaciones,
ampliando el espectro de su uso ritual, es así que en estos artistas puede
ser abrigo, techo, pájaro señalador, figura guardiana, lecho para el peregrino
de nuestras grandes llanuras.
Lo interesante del grupo, es que puede reflexionar sobre lo actuado y
sus proyecciones son de indudable interés para el relevamiento cultural
de nuestra América. Necesita nuevos espacios donde demarcar nuevas posibilidades
expresivas, creo que debemos ceder para un provecho futuro, el área donde
ellos prosigan con esta terea tan significativa de la expresión grupal,
en torno a determinados tópicos y problemáticas, que identifiquen su lugar
de pertenencia y arraigo. Las indagaciones del Grupo Confluencia, tratan
en especial sobre las producciones culturales regionales del área latinoamericana,
interesándose en el enmascaramiento de los lenguajes artísticos y sus
orígenes. En sus actuaciones tratan de esclarecer los diversos rituales
de nuestra cultura y reconstruir sus liturgias como una aproximación al
fenómeno de los lenguajes, expresados desde el campo semántico del mito.
Sus integrantes, Verónica Artagaveytía, Alcides Martinez Portillo y Teresa
Volco, siguen este lineamiento.
Desde la aparición de la instalación en el RETABLO DE LOS NARANJOS, se
abocaron a la tarea de construir un espacio, señalando un área territorial
investigando los fenómenos referidos a la ritualización. La yerba mate,
el trigo, las osamentas de ganado, fueron vistos en sus implicaciones
de uso y funcionalidad, en un recorrido signado por la tradición.
El desarrollo de estas actuaciones fué motivo de un análisis semántico
quedando una sustentación teórica de sus enunciados y ebjetivos.
La cronología (1942-1992) tratada anteriormente, marca un retorno a la
montaña y a la tarea arqueológica de excavación en los lugares donde se
realizó en el enterratorio. Las ofrendas y presentes nos remiten a lo
que realizaron los habitantes de estas regiones, en un período histórico
francamente hostil: el de la CONQUISTA Y COLONIZACION DE AMERICA. En un
contexto cultural donde las manifestaciones autóctonas son desconocidas
por gran parte de la población, los artistas antes mencionados utilizarán
el lenguaje simbólico,tratando de responder a nuestras fuentes y raíces
culturales,que periódicamente se muestran en los rituales de fecundidad
para ser luego transformados al campo de la expresión artístrica Tres
personajes intentarán en una red de significaciones, retomar un ritual
desde sus orígenes, la idea de enfatizar el lugar desde donde se mira-en
este caso una plataforma de altura que cambia los puntos de vista de la
escena, en un intercambio de objeto-sujeto,y sus módulos dimensionales
contrastantes.
La montaña aparece como figura pregnante,simbolizada en los triángulos
erguidos, demarcados en el plano tierra. Las piedras, los cerámicos, forman
parte de la materia que se transforma a travéze los cuatro elementos:
agua, tierra, aire, fuego. La narración argumental aproxima esta "nueva
realidad", conduciendo la ruptura discursiva hacia el campo perceptivo
de la aprehensión de estas paradojas del conocimiento.
La luz señala las metamorfosis y cambios: el sonido acompaña los acontecimientos
de la escena. Las voces e instrumentos se reelaboraron para esta instalación.
El recorrido está organizado para penetrar en una zona oscura, donde los
personajes procederán a registrar en una síntesis litúrgica, los arquetipos
que han sido movilizados en esta evocación.
Hace unos tres años, un grupo de jóvenes formado por Verónica Artagaveytía,
Rubén Grau, Juancito Le Parc, Alcides Martínez Portillo, Alberto Ortú
Martín y Teresa Volco, realizó una travesía que tuvo como objetivo el
reconocimiento de un área territorial. El lugar elegido fué un sitio demarcado,
camino al pico más alto de la cadena cordillerana, es decir el ACONCAGUA,
que no sólo representa el área andina de nuestra cultura, sino el paradigma
del sentido ascencional. Esa reunión fué el punto de partida de un proyecto
interdisciplinario que intenta develar incógnitas de nuestros territorios
a través de varios encuentros donde de establece como fundacional el efectuado
en esta montaña. Es justamente al cumplirse ahora V CENTENARIO DEL DESCUBRIMIENTO
DE AMERICA, que se renueva el deseo de hallar un nuevo sentido e interpretación
a este acontecimiento de capital importancia para los americanos.
Este grupo de jóvenes escaló la montaña para iniciar un rito arqueológico
inverso. Portaron cerámicos antropomorfos realizados en Buenos Aires y
terminados en Mendoza otorgándoles engobe con tierras y óxidos de yacimientos
aledaños. Con ´la participación de artistas de la región se procedió a
excavar un pique en la zona para efectuar el enterratorio. Las vasijas
utilizadas contenían en su interior diversos alimentos como maíz, sarmientos
de vid, miel, trigo, porotos, chocolate, vino, diversas semillas y flores,
junto a mensajes de los artistas intervinientes y resolvieron que en 1992
se reunirían nuevamente para desenterrar estas piezas.
La travesía y el recorrido a estos lugares,junto a la acción ritual, intenta
resignificar un asentamiento cultural que alude a otros espacios de nuestros
territorios.
DESCUBRIMIENTO, CONQUISTA Y COLONIZACION, son nuevamente considerados.
La contaminación propia de los procesos de transculturización puede mostrar
el mestizaje como fenómeno que se explica por las ciencias antropológicas;
en esta oportunidad los artistas intentan reconsiderar esta realidad desde
su lugar en el campo creativo.
En este proyecto se trabajó con los conceptos de latinoamericanidad rastreando
una genealogía, en una búsqueda intuitiva y conceptual de nuestros orígenes
a través del mito y la de simbolización.
Justamente es el fenómeno que Europa revé en sus grandes cambios, la pertenencia
de sus áreas colonizadas, y los horizontes culturales fuera de su continente,q
ue los americanos del sur sienten la necesidad de bucear y demarcar una
cultura que les es propia.
La simbolización en la figura de la "montaña", la "travesía" como acción
develadora, u la " repetición" de los rituales sobre los conocidos enterratorios,
vuelve a ser una terea de interés de las ciencias antropológicas. En el
caso que nos ocupa se suman los artistas plásticos a este propósito.
Esta nueva mirada hacia el pasado conlleva iniciar un presente en contacto
identificatorio con esta pluralidad cultural, no desechada, sino conjugada
en una integración emanada de su propia acción indagatoria.
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