AlinaTortosa

La Argentina desde Buenos Aires

XI Mostra da Gravura - Cidade de Curitiba
31 de octubre al 29 de diciembre de 1995
Muestra patrocinada por la Fundación Cultural de Curitiba
Curador Paulo Herkenhoff
Curador asistente Ivo Mesquita
Curaduría argentina: Alina Tortosa
Curaduría chilena: Justo Pastor Mellado

La muestra Argentina tiene varios protagonistas: el grabado o una apreciación contemporánea del grabado, la obra, sus autores, nuestro tiempo, y la ciudad de Buenos Aires. Janet Grant, Miguel Harte, Zulema Maza, Marcelo Pombo y Pablo Suárez trabajan sus preocupaciones estéticas desde los lugares en que viven dentro de la sociedad , y desde el lugar en el que viven, Buenos Aires. La ciudad misma ha impuesto e impone el tono analítico y visceral de su obra. Matilde Marín abre un parentesis , presentando una visión cósmica.

Janet Grant trabaja con medidas, centímetros y pulgadas, en dibujo, pintura y collage. Mide el papel y la tela marcando las distancias que la burguesía "bien portada" pone entre sí para mantener "las formas". Dibuja y mide los espacios que crean algunas personas a su alrededor para no sentirse invadidas, para no verse involucradas en la necesidad visceral del otro, negándola en si mismos. Grant dibuja las preguntas que no se hacen y las respuestas que no se dan. Sus trabajos, estéticamente amables e inocentes, disimulan con elementos decorativos reconocibles - perchas, broches de ropa, reglas, centímetros, hojas de enredadera - el aislamiento en compañía y el grito ahogado. En la obra de esta muestra, S/T, Grant fotocopia la trama de lana que representa al clan de su familia escocesa original, sobre cuyos colores se ha ido construyendo su sentido de pertenencia. Es el terreno afectivo nostálgico en el que muchas familias porteñas de origen europeo han construido su patria híbrida. Los nombres pintados trazan parte de su árbol genealógico, y el instrumento doméstico para sacudir los colchones define irónicamente la violencia encubierta de ciertos "cuidados".

En :Decomposición de la Serie" (vencimiento 15 de noviembre de 1995) Miguel Harte ejemplica su disgusto por la serialidad en el arte a partir de conceptualizaciones teoricas. Una mirada tierna a la salchicha, elemento casi básico de nuestro vida cotidiana, le recuerda la realidad "descarnada" de esta. Para Harte la salchicha fabricada en serie, en grandes cantidades, ejemplifica bien mucha de la obra que se hace hoy, en la que el artista toma distancia de si mismo - distancia intelectual, afectiva y física - para quedarse en una ineficiente y "descarnada" parodia de un quehacer comprometido. Harte trabaja desde una noción de lo industrial. Sus trabajos en pintura sobre soporte duro están pintados en esmalte sintético nacarado. Sobre esta superficie de terminación obsesivamente impecable se abren ampollas transparentes dentro de las cuales habitan pequeño seres - hombres y animales diminutos - creaciones moduladas por el artista. Encerrados en su burbuja de plástico nos miran con ternura, devolviéndonos la mirada del artista. En la Pizzería Harte, instalación que se llevó a cabo en el Centro Cultural Recoleta, en 1988 Harte discute ya el tema que retoma hoy en su trabajo para la MOSTRA AMERICA.

Zulema Maza y Matilde Marín son grabadoras de sólida formación técnica. A mediados de los 80 Maza se desplaza del papel hacia una obra que incluye la pintura y el modelado. Ha invadido el espacio con instalaciones complejas. En sus últimos trabajos, pintura, técnica mixta e instalación, describe situaciones hipotéticas del campo argentino desde una mirada urbana, ligando los conflictos de los animales a los del hombre. El hombre perdido y angustiado en un espacio que lo desorienta y lo limita, y en el que va perdiendo el sentido del sentido. "Mea Culpa", en la Mostra America, ilustra el arrepentimiento y la toma de conciencia de la Iglesia Católica frente a sus crímenes del pasado en vísperas del Tercer Milenio. Maza construye su obra sobre la repetición de los mismos elementos, en este caso: iglesias, vacas, cruces. Las cruces se multiplican y se apilan unas sobre otras reforzando las ideas de martirio y de muerte.

Matilde Marín no se involucra en su entorno inmediato, toma distancia física y psicológica de su obra y la piensa desde los materiales, proyectándose en un espacio y un tiempo cósmicos. En su libro "Los mitos de la creación" ilustra textos antiguos que remiten al origen del mundo, "Primero estaba el mar, todo estaba oscuro/ no había sol, ni luna, ni gente, ni animales, ni plantas / el mar era la madre".1 Estas ilustraciones, imágenes abstractas, captan el tono poético de las palabras. Su trabajo cuidado, siempre elegante, ha contribuido a difundir un uso más amplio del color y un mayor conocimiento de las posibilidades de los distintos papeles y materiales en el ambiente austero de nuestro grabado nacional. En "Orígenes" quiebra las etapas sucesivas que llevan de la matriz a las copias y expone la plancha de metal sobre madera, proceso que repite en "Mancha nocturna". En "La Barca" - madera y papel - y en "Siluetas" - papel - usa elementos gráficos abstractos sobre un fondo tramado.

Marcelo Pombo, artista de los 90, ha trabajado con los códigos visuales de su generación y de su medio social: Walt Disney, imágenes rockeras, el diseño y la propaganda y los códigos estéticos del suburbio proletario. En las primeras obras que expuso usó materiales no tradicionales, telas estampadas, piel, flores artificiales, hule, juguetes, y objetos encontrados, que lavaba y limpiaba obsesivamente. El aspecto alegre y colorido de las obras confunde el trasfondo emocional. "La voluntad tiene que estar dirigida a lo elegante, a lo atractivo, a lo entretenido", después aparece esa "ambigüedad, que también tiene que ver con la vida misma y con Buenos Aires, entre lo lindo y lo desagradable". De sus "telas" pasó a hacer instalaciones, y de las instalaciones otra vez al dibujo y a la pintura, "la pintura entendida como maquillaje", y a un trabajo más recoleto. A esta etapa pertenecen los "24 fotocopias de dibujos hechos en Puerto Madryn" que expone en la Mostra America. El marcador recorre la hoja, dibuja, diseña en blanco y negro el espacio afectivo que lo representa. Sus personajes son múltiples autorretratos, sensibles, viscerales, que preguntan, ilustran y provocan sus fantasías, sus temores, su relación con el mundo interior y con el mundo exterior desde el conocimiento doloroso y conciliatorio de si mismo y de los demás. El proceso fotomecánico que reproduce sus dibujos casi no se distingue de éstos, ironía que para el artista es un dato más.

Pablo Suárez es una de las presencias mas fuertes en el arte de Buenos Aires de los últimos treinta años. La fuerza surge de su talento y de la pasión con que trabaja. Pasión ligada al hacer mismo - la poesía en su sentido original - y a la búsqueda de la verdad a través de imágenes. A partir de conceptos elabora la obra física, atento y preocupado por las posibilidades de los materiales que usa, y que modela o modifica, personalmente. En "Hay quienes sostienen que el destino del Hombre está predeterminado y escrito en las líneas del grabado que cruza su mano" Suárez ha construido un pequeño recinto circular -podría ser una plaza de toros- sobre cuyo fondo ha grabado una mano. De la línea del destino surge una cabecita - personaje recurrente de Suárez - que mira hacia arriba, con expresión de ruego, sostenido por un cuello largo y sinuoso. El artista nos recuerda que el primer grabado fue impreso sobre la pared con las manos. Su trabajo, siempre romantico, a veces literario, se traduce en metáforas a traves de imagenes elaboradas artesanalmente. Descree de las teorías en abstracto, y de la obra conceptual que fuerza situaciones alejadas de la vida cotidana. En "¡Oh, destino cruel!" expone un bonsai comprado en la feria dominical de Curitiba, rodeado de piedritas. Sobre el tronco pequeñisimo ha grabado un corazón, al que traspasa una astilla. Otra vez nos refiere a una forma primitiva y atávica del grabado.

Usando pocos elementos estos artistas describen con humor, con sencillez, y con ingenio, el mundo y el tiempo en que viven.


Alina Tortosa
Curitiba noviembre 1995


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