"A
veces son golpes de swing, tempestuosos arañazos en la guitarra del
aire, los que acentúan el decir de una lengua cortada en pedacitos.
Otras, una melodía levemente bluseada se hace cargo hasta de la sospechosa
seda del silencio: la música y la voz de la compositora Zulma Ducca
logran traducir con fidelidad el intenso deambular del amasijo, su bárbara
cabriola siempre al borde del naufragio, el dislocado discurrir de tanta
ácida y enloquecida Nueva York.
Escuchar la versión de Ducca del Blues del amasijo me ha permitido comprender
hondamente el sentido de este poema escrito hace tantos años".
María del Carmen Colombo.
"Creo
que la musicalización de mi poema dios salve a la reina que hizo Zulma
Ducca es más que eso, es una re-creación, la puesta en existencia de
un nuevo poema, que respeta el sentido crudo y despojado del original
pero le aporta otros que no estaban allí: la ternura, la tristeza. Probablemente
esa es la modalidad del trabajo de Zulma con la poesía: su tratamiento
de los poemas es de un cuidado infinito, y parte de ese tratamiento
cuidadoso consiste en convertirlos en algo más que una mera reproducción.
Cada canción elaborada a partir de un texto poético es, para ella, algo
así como la reescritura de ese texto. Como si escuchara la música interna
de cada poema buscando las notas que puedan hacer audible esa escritura
invisible".
Claudia Masin.