"Fascinación y rechazo de la imagen contemporánea"
Gabriel Gutniski

Diario la Voz del Interior - Córdoba 1997

 

Hoy, lo visual constituye nuestro modo de ver y pensar. La muestra de una artista, de regreso en Córdoba, conforma una serie de retratos rigurosamente actuales.

En las primeras líneas de un reciente artículo, el ensayista Juan Pablo Feinmann recoge una definición de Kant y recuerda que "criticar algo es emprender la ardua tarea de conocerlo". Una frase oportuna para acceder a la muestra de Alicia Porcel de Peralta, con la que el Museo Genaro Pérez (Avda General Paz 33) inicia su actual temporada.

La obra sobre papel de la cordobesa residente durante varios años en New York se desprende de cualquier sensación tranquilizante. Termina siendo un coctail de imágenes que pone en relieve el carácter fagocitador del artista contemporáneo, que exige del espectador una especial atención. Si bien recurre a la representación de figuras femeninas y de animales como una forma de inferir en nosotros, lo hace mediante dos características inquietantes: no copia la realidad sino que experimenta a través de imágenes extarídas de fotografúias e ilustraciones. Con esa apropiación Alicia Porcel reconstruye la representación, superponiendo imágenes discociadas.

Aparte de trivializar el contacto directo con la realidad (sus trabajos son imágenes de imágenes ya dadas) ésta "objetivación" produce un enfriamiento con respecto a factores eminentemente sensibles y pasa a constituir una táctica de estratificación de códigos culturales muy variados.

Algo que la artista afirma, al reunir en un mismo trabajo dos imágenes exóticas o extemporáneas aparentemente irreconciliables entre sí como pueden ser una bailarina oriental y la cabeza de un lobo amenazante.

Atributos Audiovisuales

Producto , posiblemente, de su atracción por el desarrollo de la dimensión temporal (recordemos sus experiencias audiovisuales y en video), estos trabajos nos remiten indirectamente al principio de simultaneidad (diferentes imágenes por obra) e interacción (el espectador es compelido a buscarles un vínculo o afinidad) que, arriesgamos, resultan afines al ejercicio contemporáneo del zapping televisivo. Ese ritmo discociado atenta contra una perecepción tranquila de las obras.

Aunque la artista demuestre su preocupación por las sutiles veladuras, las texturas y los colores, no es allí dende reside la particularidad de su propuesta: aparentemente simples pero concienzudamente construidas, estas imágenes interrumpen un eventual "idilio sensible" con el espectador, a través del distanciamiento racional.

Fascinación y rechazo que sin duda crea una ambivalencia interesante, con antecedentes en la idea de fragmentación del espacio, el solapamiento histórico y el reciclaje. Algo que Porcel de Peralta puso en evidencia años atrás en el Museo Caraffa, aunque proyectó diapositivas sobre cuerpos geométricos, transformándolos en pantallas corpóreas de entorno concreto e imágenes virtuales. O cuando presentó sus " Retratos de artistas", en la galería jaime Conci, como una serie de pañuelo parafinados que, a manera de mosaicos, permitían al espectador armar su propia agrupación.

Estos ejemplos valen como indicadores de la alteración de la linealidad del relato y como respuesta a la velocidad del pensamiento.Nadie que trabaje hoy con imágenes puede ignorar que ellas representan el modo de ver y de pensar de esta época.

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