Cátedra, Anahí Cáceres  Proyectual 5, Digitalización de Imágenes


María Laura Pisso


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Cuando lo pienso un poco no resultó una sorpresa que éste, el último proyectual tuviera como temática un viaje. Desde el primer trabajo la búsqueda por el cambio de posición, la búsqueda de la interacción estaba presente. Se trata de uno de los trabajos más demandantes técnicamente y con el que estoy más satisfecha, surgido de la experimentación y de la intuición tuvo una realización muy distinta a la prevista, si es que acaso había un objetivo apenas sugerido. 

A lo largo del camino tenemos una escisión, direcciones opuestas, día y noche, ciudad y campo. Y tenemos también un final abierto.  

El tema central de este trabajo es La decisión., en muchos de los proyectuales anteriores era este el eje que nos guiaba y todavía no podíamos verlo. El ojo tiene que elegir una de las direcciones que corren en la pantalla. El y la artista tienen que elegir el orden de las imágenes, los ritmos, las direcciones, el audio. Y en cada una de esas elecciones se decide abandonar otro camino. Las tomas verticales quedaron fuera. El audio original quedó afuera. La misma idea original de centrar todo el video en el mismo edificio, la mayor parte de las tomas en movimiento… todo eso formaba parte de lo que decidimos abandonar. Esos materiales pueden formar parte de otro proyecto, pueden perderse en el próximo formateo de la computadora o convertirse en una obra maestra pero ya no serán parte de esto.

Para algunas personas, entre las que me incluyo, lo más difícil es decidir cortar, marcar la línea y decir, hasta acá llegamos con esto.

A veces ese límite llega sólo, a través de la inspiración y del instinto, y esas son las veces que nos acordamos que al final eso que tanto nos preocupaba ya no era importante, que ya no queríamos estar sentados a esa mesa y entonces es fácil levantarse y seguir caminando y buscar otra dirección.

A veces llegar al límite es un esfuerzo de la voluntad, saber que las cosas tienen que terminarse y que la única persona que puede hacerlo es una misma.

A veces la decisión es no llegar a límite y quedarse donde uno está.

A veces el final es abierto y el límite no es más que el principio. Y el afuera de un lugar es el adentro de otro. 

La decisión de seguir en el camino es una elección que se toma en todo momento, aunque no se sepa a donde lleva el camino. 

Esta obra está compuesta con el programa After Effects. Las escenas fueron todas tomas directas realizadas por mí, la filmación en movimiento nocturna de la parte corresponde a la Plaza de la Recova, detrás de Plaza de Mayo, las de día de la parte inferior a la autopista 25 de Mayo, en sentido hacia el centro, con respecto a esta toma, me resulta interesante destacar que se trata del camino por el que se ingresa a la ciudad de Buenos Aires llegando del aeropuerto internacional de Ezeiza. Las imágenes de la parte superior son montajes de fotografías y pequeños fragmentos de filmaciones combinados. Por una parte, del edificio que ocupa la Jefatura de Gabinte de Ministros, ex edificio SOMISA: el interés en este edificio surge del atractivo del edificio en sí, por su aspecto formal, tanto como del lugar que ocupa en nuestra cotidianeidad, como estudiantes de la sede Barracas del IUNA, el recorrido que realizamos a diario, que en general es largo, queda invisibilizado, con suerte y si podemos concentrarnos iremos estudiando en el transporte, en otros casos durmiendo o simplemente sintiendo ese tiempo como tiempo perdido; es mi intención “desinvisibilizar” ese tiempo, valga acaso el neologismo y recuperar la mirada atenta y despierta sobre todos nuestros momentos. Las fotos de noche con luces en movimiento son tomas que también fueron realizadas con la intención de recuperar los tiempos muertos y de mirar con nuevos ojos los fenómenos cotidianos, en este caso, las luces de las calles que transitamos a diario se convierten en un fenómeno estético a partir de una fijación y de un cambio de velocidad.

Finalmente, las filmaciones de día fueron realizadas durante el verano, en el tiempo que el sistema alienado en el que vivimos nos convence que somos libres de hacer lo que queramos y entramos en una vorágine, otra, diferente, de tiempo productivo, pero esta vez productivo en placer y diversión, con lo que no hay momento que no esté reglado, regulado y determinado con respecto a sus medios y sus fines.  

Sirva entonces la mirada despierta y atenta para tomar la decisión de reapropiarnos del tiempo y del espacio que nos rodean.

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