Las
imágenes corresponden a las páginas del libro de poemas
“retórica erótica”, Editado por Asunto Impreso,
Bs.As., 2002.
La edición combina la versión original manuscrita por
la autora y una versión tipográfica, y utiliza la letra
de la autora como motivo del diseño, en todo el libro.
Aquí se acompañan, por orden de aparición, los
textos de cada una de estas páginas, para su lectura.
1.
“Pendientes de cierto brillo que ocurre
fuera de foco, de soslayo sus pupilas
reciben. Tener cerca el cuerpo no le
alcanza: mano que sostiene, que deja
caer, para un cariño con la forma
de la perduración.
Tanta superficie para juntar tibios pasajes
es, sin embargo, dejada para
después. Primero, la golosina de la
boca: deleite imperioso que no se puede
sustituir, en su cesar sin fin.
Lo que al retener se dilapida, esa
humedad, esa humedad, es la textura
de una idea: la saciedad, lo posible.
Y esa piel que está erguida, está en él,
en sí misma, está al borde de una
cama, de un destino, de un acto.
Cuánta presencia que sólo
espera su desnudado de las perlas.
Ella compone para los dos un modo
clásico de pedir, una metáfora decisiva,
que él transformará en lo prudente de una
vaga plenitud.”
2.
”El declive de su pecho es una figura
que su ánimo convoca para el sesgado
equilibrio de la cabeza: así el collar
circunda y cae sin dañar su fragil
idad: la fuerza.
De mirarla mirar: atrevimiento, le
dice, atrevida, y ella sabe que el crimen
se paga.
En lo breve de un anillo que desliza de
su dedo en el de él: el dedo en el anillo
como él en ella, simultáneos...en lo
breve del doble anillo, doble misterio
desenmascarado, su condena se cumple.
Tanto cuerpo y tan poco, dice ella, y lo mira
espiándole el nacimiento del lenguaje.
El no tiene, allí, más que una leve
septicemia de infelicidad.
Curaría ella su gravedad, haría de la
gracia el acto que entrara uno en otro,
como el anillo en el dedo elegido.
Atrevida en su falta de miedo, disfraza
la falta, se disfraza, a cambio de nada,
del fuego de la infancia, de nada, del
ardor y la risa sobre la piel desnuda.
en tanto, el cuerpo y la palabra son uno
para ella: dice dolor, y no puede
soportarlo y amor dice y se le hace
agua la boca.
Atrevida, dice él, adorando lo oblicuo
a la altura de sus ojos, la cintura
con que ella le funda un lugar. “
3.
”Las propiedades del objeto, lo ajeno, lo
nuevo, lo otro, esparcen un perfume,
al entrar en contacto con su cuerpo,
que embriaga la idea de sí, produce
combustión en sus conceptos, alimenta
su risa.
El sentirá la provocación, sus recuerdos
más secretos al aire, admirará el dibujo
deseará tocar, quitar, lamer.
El sabe que se trata de una fiesta
en su honor, en el honor de ella, que todo
dura un instante, que ella insiste
como si la alegría lo pudiera alcanzar.
Ella padece de imaginación
y cuando cese en su empeño,
cada accesorio recuperará
su estado natural: restos de un banquete.
El, que ha reído con ella, tendrá nostalgia.
Y a pesar de estar aún allí, se sumergirá
en el silencio de quien recuerda.
Las propiedades del objeto, el perfume,
la magia en ella, el trabajo que fue
armar la escena, todo, si lo supo ver,
estará ya olvidado.
Sola tristeza permanece.”
4.
“Si los ojos dejaran su recorrido, como una
larva de luz, la dibujada vería las finas
líneas de la superficie del amor, y al fin
entendería la persistencia de un tacto,
sospechado cuando ya estaba sola.
Podría abrirse ante otros y mostrar la
ofrenda, las pruebas, el secreto, podría
dejar de cubrirse para dar a leer.
Pero los ojos de él no escriben: prudentia
les prohibe, les pide por favor no dejar
rastros. El ¡oh, tristeza! prefiere la
sombra,su ingrata oscuridad.”
De
la presentación del libro:
“retórica erótica” no es un libro de imágenes,
pero las fotografías de mujeres desnudas (estereoscopías,
postales, fotos de estudio) elegidas entre documentos de 1858 a 1940,
con las que los textos dialogan son parte de la belleza de las imágenes
que esta “retórica” va construyendo.
Una historia del amor, del modo en que las mujeres son miradas por los
hombres, una radiografía de lo mujer (ni la mujer ni lo femenino)
dibujada por la caligrafía de una mano que duplica, con su escritura,
lo carnal que está a la vista: una metáfora del modo en
que las mujeres se piensan a sí mismas y piensan a los hombres
mientras son miradas, amadas, silenciadas, deseadas por ellos.
El diseño, que ha trabajado delicadamente la relación
necesaria entre la letra y la fotografía, transmite la idea de
unión entre la palabra y el cuerpo, la relación visible
y sensual entre un trazo y un sentimiento, el erotismo como un lenguaje
que va más allá de los cuerpos.
Así, este libro-objeto es la versión de un concepto que
estaba en los textos: la literatura como vida, el trabajo exquisito
con el lenguaje como búsqueda ética, no sólo estética,
la poesía como forma de filosofía, la búsqueda
de una verdad conmovedora como conocimiento, revelación, el poema
como la voz de un ser al descubierto, en su total desnudez.
Libro atípico en la historia de las ediciones de poesía
argentina, pone en escena el manuscrito como pretexto y como imagen
otra del texto: un recorrido de puro placer sobre escritura, fotografía,
palabra poética en su plenitud.”