El
universo de Juan Carlos Distéfano
Del
vértigo y la sofocación
a la acción directa.
MMHace
más de un año y medio que el artista
trabaja con rigor obsesivo en una obra que constituye su mayor
preocupación, se denomina
Acción directa y será ubicada al fondo
de la sala, donde estuvo emplazado el célebre Centauro
moribundo de
Antoine Bourdelle. Mide 3,25 metros de altura y se despliega tres metros,
es un hombre en calzoncillos trepado a un poste telefónico con una
herramienta en la mano y el gesto de cortar los cables de la luz; hay dos
postes laterales que organizan un triángulo con sus respectivos
cableados. La resina poliester policromada en colores ácidos, lilas,
verdes, ocres y tostados otorga una mezcla rara de irrealidad y absurdo
cotidiano. Es un conjunto escultórico que se puede penetrar y recorrer
desde adentro, ya que se apoya sobre una forma abierta que asemeja una
gran herradura.
MMAcción
directa amenaza con
una gran ruptura. ¿Cortará los cables el personaje? ¿Habrá alguien
que se anime a patear el tablero? ¿Sería como mezclar
y repartir de nuevo o apagará la luz para intentar la
recuperación de una mirada interior, y una vez a oscuras
acabar con los flashes de la frivolidad y los fuegos de artificio
que irritan a su autor?
MMInscripta
en la escultura se lee una poesía de
Oliverio Girondo: Cansancio, escrita en 1964 que reza
así:
"...recansadísimo // de tanta tanta estanca
remetáfora de la náusea// y de la revirgísima
inocencia// y de los instintitos perversitos// y de las ideítas
reputitas// y de las ideotas reputonas// y de los reflujos
y resacas de las resecas circunstancias..."
MMEl personaje abrazando el poste-cruz remite
tanto a nuestra tradición judeo cristiana como a cuestiones
actuales. "El Cristo en la iglesia y el Cristo en el museo ¿ Es
el mismo? ¿Dónde está el verdadero ser
de la obra? " me preguntaba el artista hace algunos años.
Por otro lado, Distéfano rescata la vigencia absoluta
del lenguaje de Girondo "tanto re- re es actual, vivimos
en el reino de la pavada". Poeta y escultor quedan hermanados
en un mismo rechazo militante de la vacuidad y a la vez en
estado de alerta contra cualquier indicio de solemnidad pretenciosa.
MMNacido
en 1933, Juan Carlos Distéfano considera
sus maestros a Aurelio Macchi y a Luis Barragán. Su
obra valorada desde la década del sesenta fue situada
dentro de la neofiguración. Participó de los
premios Ver y Estimar de los años 1964 y 1965 y en la
tercera Bienal de Córdoba del '66, una única
vez mostró sus pinturas en el Di Tella (en la famosa
exposición surrealista curada por Aldo Pellegrini) y
se desempeñó tempranamente como diseñador
gráfico en el mítico Instituto. Luego de su envío
a la Bienal de San Pablo en 1968, optó definitivamente
por la escultura sin renunciar al uso del color de un modo
absolutamente original en esa disciplina.
MMLas
esculturas de Distéfano se ordenan bajo dos
ejes principales: el vértigo y el sofocamiento de la
libertad, esta última debida presiones internas o a
fuerzas exteriores. El vértigo, junto a la incertidumbre
se manifiestan con la presencia de personajes en estado de
extrema inestabilidad, siempre a punto de caer, siempre sin
piso bajo los pies. Pero la obra los descubre y congela un
instante antes de la caída, se anticipa al desborde
y abre un enigma sobre el futuro. Frente a los personajes sofocados,
el espectador vivencia una fuerte tensión evocadora
de experiencias sobrecogedoras, se intuyen gritos inaudibles
de hombres y mujeres con expresiones contenidas, seres aprisionados
que no toleran su encierro. A veces sus cuerpos atormentados
denuncian los años de plomo y la incapacidad de reacción,
condensan el grito y el silenciamiento, la desesperación
impotente y la denuncia. ¿La impulsividad de
Acción directa constituye una esperanza? Hay
una indudable intensión política que sostiene toda la producción
de Distéfano. La indefensión de la criatura humana, el sujeto
sólo frente a encrucijadas y el dilema que no se resuelve en la
vida social. La obra de Distéfano sacude inmediatamente, pero no
se agota en el puro impacto, genera una resonancia perdurable en el espectador
al abrir la pregunta sobre el futuro.
MMLa
exposición abarca 150 obras incluidas 50 esculturas,
dibujos y bocetos. "A veces al día siguiente mi
obra me parece abominable... que me encante una obra mía,
no ocurre jamás, siempre me siento al borde del mamarracho" dice
obstinado . "No soy espontáneo trabajando, soy lento,
tampoco hábil para dibujar, ni soy un virtuoso, algunos
de los dibujos que se exhibirán son croquis, simples
anotaciones." Una vez más el artista nos sorprende
con dudas sobre el valor de sus trabajos. Solo al referirse
al catálogo que acompaña esta muestra manifiesta
total satisfacción.
MMSus
obras transmiten un temperamento apasionado y cerebral de
fuerte raíz romántica, mantienen cierta conexión
con el grotesco de Pablo Suárez y de Ricardo Garabito,
aunque la ironía de Distéfano se nutre más
de la tragedia que del humor.
MMLa
crítica francesa Catherine David (curadora
de la documenta X de Kassel) escribe en la revista trespuntos " Distéfano
deja abierto
el espacio del enigma, de la amenaza y de la ansiedad." Efectivamente,
la utilización de imágenes pesadillescas no se agota en la expresión
de emociones, sino que intenta bucear, descubrir algo desconocido y oculto
dentro del horror.
Corinne
Sacca Abadi