NUNCA MÀS
A vos te hablo, hermano,
desde esta misma sangre
que llora eternamente su Utopía,
desde este anhelo indeclinable de Justicia,
desde esta tierra que devoró tu vida.
Mi voz para tu palabra ferozmente arrebatada,
para encarar los terrores instalados para siempre
y denunciar las formas que inventó el demonio,
para dejarnos solos, desnudos, sin Historia.
Aún es ayer hermano;
nadie ha caminado un solo paso,
el tiempo se detuvo ante tus gritos
y el presente es ahora, es este instante.
Sos el insoslayable retorno de luz
para esta memoria fragmentada.
Que tus asesinos, los nuestros, los traidores a la Patria,
paguen con su infierno esta deuda irreparable.
© Cristina Chaca