Fragmento
tomado del libro: Valeria González, La verdad inútil:
RES fotografías 1983-2003, Ediciones Museo Caraffa, Córdoba,
Septiembre 2003.
Los
palimpsestos de la memoria
La obra más
importante realizada por RES en los ochenta es un conjunto titulado
“Dónde están?”. La obra, que se extiende
entre 1984 y 1989, se comprende en el contexto políticocultural
del gobierno de Raúl Alfonsín. Transita el terreno de
los conflictos y debates públicos abiertos por la recuperación
democrática y la demanda social de enjuiciamiento de los criminales
de la dictadura militar, hasta su crítico cierre en los pactos
de compromiso encauzados por las leyes de Punto Final (Diciembre,
1986) y Obediencia Debida (Junio, 1987), que preceden inmediatamente
al decreto presidencial del Indulto, casi un acto de presentación
en sociedad del nuevo gobierno menemista, en Diciembre de 1990. La
“Aparición con Vida” de las personas asesinadas
exigida por las organizaciones de derechos humanos no es idealista:
explicita la perversión cifrada en la figura ideológica
del “desaparecido”. Un desaparecido no es un muerto, porque
no “hay” cadáver. Borrar a los hombres de la lista
de los vivos y borrar asimismo la lista de los muertos. Y después
borrar la lista misma, volverla de nuevo una hoja en blanco, y después
hacer desaparecer también la hoja, reducirla a cenizas, y después
dispersar las cenizas, y después disipar el humo y el olor
a quemado (1). Para Gérard Wajcman los totalitarismos del siglo
XX inventan por primera vez la figura del crimen perfecto, sin rastros,
que no es tanto el crimen que ha permanecido impune como la construcción
de un “Olvido Absoluto”. Es la forclusión lacaniana,
que caracteriza la actitud frente a la ley social del psicótico,
la capacidad de eliminar del marco del juicio toda consideración
sobre el objeto presentado como evidencia (2). No es la destrucción
física de los cadáveres sino su total renegación
en el plano del lenguaje, el enterramiento de la memoria, la postulación
de un olvido sin fisuras. La pregunta de RES por el “dónde
están” abre, en cambio, a un campo de ruinas: restos
que nos permiten descifrar aquello que tuvo lugar. El efecto semántico
más importante radica en la estructura de la imagen fotográfica,
construída como una estratigrafía donde se superponen
elementos heterogéneos, como capas de eventos sucesivos inscriptos
sobre una misma superficie, como un palimpsesto. Las largas exposiciones
de la película permiten a RES registrar elementos diversos
que entran y salen del mismo espacio, y dar a estas imágenes
que se infiltran en la vista suburbana el carácter de apariciones
fantasmáticas. La memoria social es definida como palimpsesto,
como aquello que queda escrito en los actos de reapropiación
de los medios materiales de la comunicación, en el derecho
a ver las evidencias, a que esos fantasmas sean considerados en el
juicio.
Muchos elementos visuales revisten carácter simbólico.
Las locaciones debajo de la autopista pueden aludir a lo ob-sceno,
a aquello monstruoso que yace en la sombra de las “obras públicas”
de la dictadura, así como la repetición de un feto enfrascado
de tapir puede referir a la sistematización de la muerte. Podríamos
seguir estas menciones, pero la obra no pretende fijar el sentido
en una narrativa determinada, guiada por el autor, sino de mantenerlo
en un estatuto crítico y complejo.
En el palimpsesto se acumulan restos de distintos hilos narrativos,
la memoria social es presentada como una situación de encrucijada
o más bien de sucesivos injertos (3). Los palimpsestos de RES,
no importa cuan caprichosos o herméticos en su narrativa, aluden
también a la posible deconstrucción social de los mitos
oficiales: las invenciones, al menos, no funcionan como vehículo
de una liberación personal. Este tipo de imagen conserva aún
algo de las estrategias de rupturas y extrañamientos que enlazan
muchos experimentos icónicos vanguardistas entre las dos guerras
mundiales, del collage picassiano a los procedimientos del fotomontaje.
Esta recuperación, en todo caso, no es gratuita en el contexto
del arte contemporáneo, porque se diferencia de los procesos
de desgaste de la vanguardia en la abultada –y ya tediosa- reproducción
del pastiche postmoderno (4).
Después de este trabajo RES realizó, entre 1990 y 1993,
la serie denominada “Pardiez” (5). En ella el fotógrafo
sigue trabajando con ensambles complejos, pero no ya apelando al registro
múltiple sino a acumulaciones de imágenes u otros elementos
dispares, generalmente sobre una copia grande que oficia de imagen-fondo.
La toma final, a veces segmentada en varios negativos, fija esa suerte
de collage efímero realizado en la mesa del estudio. La obra
se aleja del tono más explícitamente dramático
de “Dónde están?” y las asociaciones semánticas
se vuelven aún más enigmáticas. Elementos cotidianos
como clavos o estampitas, e imágenes apropiadas, conviven con
la reaparición continua de fotos propias del pasado reciente.
En las obras-palimpsesto de RES es posible establecer una constante
circulación de motivos que se reiteran una y otra vez, como
apariciones obstinadas, como voces imposibles de acallar que buscan
incansables un sentido donde anclar. Una imagen de esta serie, titulada
“Evita”, nos permite comprender la transición entre
la obra de los ochenta y su transformación en el contexto del
Menemismo. La reaparición del feto de tapir, que a su vez es
reforzada por la vista emblemática del Río de la Plata,
viene acompañada en esta oportunidad con la efigie popular
de Eva Perón. La complicidad del nuevo gobierno en la negativa
a desmantelar el aparato represivo de la dictadura puede verse como
otra de las condiciones de eficacia del implante neoliberal.
(1) Gérard
Wajcman, L´objet du Siécle, Lonrai, ed.Verdier, 2000,
p. 19 (la traducción es nuestra)
(2) Jacques Lacan, Seminario IV: La Psicosis, Paidos, Barcelona, 1984,
pp. 456-457. En estas páginas Lacan enuncia por primera vez
su determinación de sustituir el concepto freudiano de la verwerfung
por el término derivado de la noción jurídica
del forclos como mecanismo que instaura las psicosis.
(3) Sven Spieker utiliza ese término para considerar el problema
del monumento urbano no desde la noción de objeto planificado
sino desde la idea de una superficie de injertos sociales: el monumento
sería “invisible” hasta no ser objeto de un acto
colectivo de lectura o reapropación, que por cierto siempre
traiciona la pureza del “original” (“Living Archives”,
publicado en internet).
(4) Acerca del pasaje, en la Alemania de posguerra, de las estrategias
de shok vanguardistas a los “archivos de la anomia” contemporáneos,
ver Benjamin Buchloh, “Warburg´s Paragon? The End of Collage
and Photomontage in Postwar Europe”, en: Deep Storage: Collecting,
Storing, and Archiving in Art, Prestel-Verlag, Munich-Nueva York,
1998, pp.50-60. Acerca de la noción de pastiche como síntoma
de la esquizofrenia postmoderna, ver Fredric Jameson, “Postmodernism
and Consumer Society”, en: Hal Foster (ed.), The Anti-Aesthetic:
Essays on Postmodern Culture, Bay Press, Seattle, pp. 111-121.
(5) La serie “Pardiez” fue mostrada fragmentariamente
en la exposición colectiva “La Ciudad y el Campo: 7 fotógrafos
argentinos”, Buenos Aires, ICI, Julio, 1993 (además de
RES, participaron: Adriana Lestido, Marcos López, Pablo Mainardi,
Lutz Matschke, Carlos Trilnick y Facundo de Zuviría). Se publicó
catálogo.