por Benjamín Castillo, ensaje enviado a es.humanidades.arteEl expolio de obras de arte en el museo arqueológico de Bagdad nos lleva a pensar en la preocupación que en el conflicto de Afganistán suscitó la destrucción de los grandes budas. En aquél momento la salvajada del gobierno talibán se expuso ante el mundo como un motivo más para demostrar la barbarie del régimen y una excusa para la intervención armada en aquél país. En el caso de la guerra de Irak se quiere dar a entender que se trata sin más de una consecuencia de la guerra y de los saqueadores. La falta de escrúpulos que requiere el mercado clandestino de obras de arte salpica a las fuerzas ocupantes que con su pasividad parecen formar parte de un plan preestablecido de expolio de bienes culturales ya codiciados desde la primera guerra del 91. Este comportamiento iguala o supera al del gobierno talibán. 70000 obras de arte expoliadas desaparecidas y las fichas que las identificaban quemadas. Todo un récord en la creciente hipocresía que contamina a las democracias occidentales y sus mercados legales e ilegales.
Toda vez que se ataca a la cultura tendremos que hablar de daños colaterales culturales. No sólo es necesario robarles las vidas y el petróleo, también se reconoce en la cultura y el arte un valor que dejará a las generaciones iraquíes y del mundo entero sin los referentes que las identifican como pueblos distintos. En su lugar seguramente aparecerá un gran McDonald, junto a una gran superficie y toda una serie de objetos de consumo como señuelo para abandonar finalmente cualquier rasgo de nobleza y raices que pongan en duda la omnipotencia del modo de vida al estilo consumista. Mientras el lucro de empresas culturales legales e ilegales jugará su papel de dinamizador y creador de culturas a cambio de dólares. Los iraquíes acabarán no reconociéndose en sus objetos ya que éstos acabarán en las cámaras de seguridad de los bancos, por upuesto mojados en este tema, así como en el del petróleo. Triste pero este es nuestro sistema que no es mejor ni peor que los demás, sino igual que los demás, igual que las demás formas de organizarse la democracia no garantiza ni más seguridad ni más moralidad que el gobierno talibán. Eso sí, garantiza una mayor variedad de hamburguesas. Saludos.--
Artegnos, Revista Mensual de Arte y Pensamiento.
http://www.artegnos.com
DepósitoLegal SE-2188-2002
ISSN 1579-8216
La crónica de Robert Fisk, recibida por mail. Fecha: Martes 15 de Abril de 2003.La herencia histórica de Irak quedó reducida ayer a cenizas* Manos expertas en la quema de los Archivos Nacionales y la biblioteca de los CoranesRobert FISK, enviado especial en IrakBagdad, 14 de abril.Este lunes fue la quema de libros. Primero llegaron los saqueadores, luego los ncendiarios. Fue el capítulo final del pillaje de Bagdad. La Biblioteca Nacional y los Archivos Nacionales tesoro invaluable de documentos históricos otomanos, entre ellos los antiguos archivos reales de Irak quedaron reducidos a cenizas en una ornaza de 3 mil grados de calor. Luego la biblioteca de los Coranes, en el Ministerio de Donaciones Religiosas, fue también pasto de las llamas. Vi a los saqueadores. Uno me maldijo cuando traté de recuperar un libro de derecho islámico de manos de un mozalbete que no podía tener más de 10 años. Entre las cenizas de cientos de años de historia iraquí encontré un solo
archivo flotando en el viento, fuera del recinto: páginas y páginas de cartas manuscritas entre la corte del alguacil Hussein de La Meca el que emprendió la revuelta contra los turcos por cuenta de Lawrence de Arabia y los gobernantes otomanos de Bagdad. Y los estadunidenses no hicieron nada. Por todo el sucio patio volaron cartas de recomendación a los tribunales de Arabia, demandas de municiones para las tropas otomanas, reportes de robos de camellos y asaltos a peregrinos, todos en la delicada caligrafía árabe. Tenía yo en las manos los últimos vestigios de la historia escrita de Irak que quedaban en Bagdad. Pero para Irak éste es el año cero. Con la destrucción de las antigüedades del Museo de Arqueología, el sábado, y el incendio de los Archivos Nacionales y luego de la biblioteca coránica del ministerio, situado a 500 metros, la identidad cultural de Irak queda borrada. ¿Por qué? ¿Quién encendió estos fuegos? ¿Con qué demente propósito se destruye esta herencia? Cuando alcancé a ver que la biblioteca coránica se quemaba -de las ventanas salían llamaradas de 30 metros de alto- corrí a las oficinas de la potencia ocupante, la oficina de asuntos civiles de los marines de Estados Unidos, para informar lo que había visto. Un oficial le gritó a un camarada que un fulano decía que una biblioteca bíblica (sic) se
estaba incendiando. Les mostré la ubicación exacta en el mapa, el nombre preciso -en árabe y en inglés- del lugar, les dije que el humo se veía desde cinco kilómetros y que no llevaría más de cinco minutos llegar allá en vehículo. Media hora después no había un solo estadunidense en el lugar, y ya para entonces las llamas se remontaban 70 metros del suelo.
Hubo un tiempo en que los árabes decían que sus libros se escribían en El Cairo, se imprimían en Beirut y se leían en Bagdad. Ahora en Bagdad queman las bibliotecas. En los Archivos Nacionales no sólo había registros del imperio otomano y del califato, sino incluso de los años oscuros de la historia moderna del país, relatos escritos a mano de la guerra Irán-Irak de
1980-1988, con fotografías personales y diarios militares, toda una hemeroteca de periódicos occidentales en el pavimento, frente al antiguo Ministerio de la Defensa, yacían volúmenes encuadernados del Financial Times y copias microfilmadas de periódicos árabes que s remontaban a principios del siglo XX. También quemaron las máquinas de microfilmación. Los periódicos palestinos de los primeros años de la OLP -incluso los diarios de la "Célula de Liberación de Cachemira"estaban regados por el suelo. Pero los archivos más antiguos estaban en los pisos superiores de la biblioteca, frente al Ministerio de la Defensa, donde de seguro se usó gasolina para producir un incendio en forma tan experta. El calor era tan intenso que el piso de mármol se había curvado hacia arriba y las escaleras de concreto por las que subí hacia las hectáreas de documentos ardientes habían quedado cuarteadas por la hornaza. Los papeles tirados en el suelo quemaban al tacto, ya no se veía en ellos ningún texto impreso o manuscrito, y se deshicieron en cenizas en el momento en que quise levantarlos. Y una vez más, envuelto en este velo de humo azul y rescoldos, me hice la misma pregunta: ¿por qué? Así, en una dolorosa reflexión sobre el significado de este crimen, permítaseme citar algunos de los textos contenidos en los jirones de papel
que encontré en la calle, flotando en el viento, escritos por hombres que murieron hace ya mucho tiempo, dirigidos al Puerto Sublime de Estambul o a la Corte del Alguacil de La Meca, llenos de expresiones de lealtad y que como fórmula de despedida decían "su esclavo". Había una solicitud de proteger una caravana que transportaba té, arroz y azúcar, firmada por Husni Attiya al-Hijazi (que recomendaba a Abdul Ghari-Naim y a Ahmed Kindi como mercaderes honrados), un pedido de perfume y
una advertencia de Jaber al-Ayashi, de la corte real del alguacil Hussein, a Bagdad, de tener cuidado con los salteadores en el desierto. "La presente es sólo para darles un consejo que sin duda les será de provecho", señala al-Ayashi. "Si no lo siguen, por lo menos estarán advertidos." Hay cierto toque de Saddam en el mensaje, pensé. La fecha era 1912. Algunos de los documentos consignan el costo de balas, caballos militares y artillería para los ejércitos otomanos en Bagdad y Arabia, otros registran la apertura de la primera central telefónica en el Hejaz que pronto se convertiría en Arabia Saudita, mientras otro, proveniente del pueblo de Azrak, en lo que hoy es Jordania, relata el robo de ropas de una caravana por Alí bin Kassem, quien atacó a quienes lo interrogaban "con un puñal y trató de herirlos pero fue sometido y más tarde los sobornó". Hay una carta de recomendación del siglo XIX en favor de un mercader, Yahiya Messoudi, "hombre de la más elevada moral, de buena conducta, que trabaja con el gobierno (otomano)". En otras palabras, éste era el tapiz de la historia árabe lo que queda de ella, que cayó en manos de The Independent, mientras el grueso de los documentos de siglos seguía crepitando en el inmenso calor de las ruinas de los Archivos Nacionales. El rey Faisal del Hejaz, gobernante de La Meca cuyos cortesanos son los autores de muchas de las cartas que rescaté- fue depuesto por los sauditas. Su hijo Faisal llegó a ser rey de Irak Winston Churchill le entregó Bagdad después de que los franceses lo expulsaron de Damasco y su hermano Abdullah fue el primer rey de Jordania, padre del rey Hussein y abuelo del monarca actual, Abdullah II.
Durante casi mil años Bagdad fue la capital cultural del mundo árabe, la población más ilustrada de Medio Oriente. El nieto de Gengis Kan incendió la ciudad en el siglo XIII y, según se dijo, el río Tigris se tiñó de negro con la tinta de los libros. Hoy las cenizas negras de miles de documentos antiguos saturaron los cielos de Bagdad. ¿Por qué? ¿Quién envió a los saqueadores? ¿Quién mandó a los incendiarios? ¿Les pagaron por hacerlo? ¿Quién quiere destruir la identidad de esta nación?© The Independent
Traducción: Jorge Anaya
Artículo original:http://argument.independent.co.uk/commentators/story.jsp?story=397350
http://www.clarin.com/suplementos/cultura/2003/04/19/u-00211.htm
Laura Malosetti Costa
http://www.clarin.com/suplementos/cultura/2003/04/19/u-00303.htm
Matilde Sanchez
Call to Action: If Bush Visits Ottawa, Shut Down the City!
by Bushwhack2003 > April 7 2003
del sitio NOLOG de Naomi Klein
On May 5th, 2003, Emperor George W. Bush will visit Ottawa, Canada. As the homes of Iraqi people are bombed to rubble by U.S. and British forces, Emperor Bush will sit down to a posh state dinner in his honour at the Museum of Civilization. And as thousands of immigrants and refugees throughout North America are detained and deported, Bush will address a joint session of the Canadian Parliament on issues of border security, code for increased attacks against individuals and communities of colour in North America.
The immoral and illegal invasion of Iraq, forced on the world by Bush, Blair and the corporate ruling class, continues to brutalize and destroy the people and cultures of the Middle East. Politicians and pundits cynically attempt to justify yet another profit-driven and murderous aggression with terms like 'liberation' and 'freedom'. From Iraq to Colombia, from Afghanistan to Argentina, from the Philippines to Somalia, Western powers continue to exercise their self-proclaimed right to dominate and determine the destiny of the global South through economic and military might.
The war also continues at home. All levels of colonial government, in particular the far-right governments in British Columbia, Alberta and Ontario, unabashedly pursue economic policies at the service of big business, contributing to poverty, environmental destruction, social service cutbacks and more. Their arsenal ranges from privatization schemes to well-armed tactical police units. The agenda of capitalist globalization - embodied by institutions and treaties like the IMF, World Bank, WTO, NAFTA, FTAA and G8 is the relentless engineering of wealth from the global South to the offshore bank accounts of the political and economic elites of the North. In this system of global apartheid, Canada's ruling class profits no less than that of the United States.
In particular, the war at home includes the scapegoating and attacks on immigrant and refugee communities, as well as so-called "anti-terrorist" laws that are nothing but a judicial assault on civil rights and political organizing, with clear racist implications.
And so, in unequivocal opposition to the invasion of Iraq and to US intervention in countries around the world, in solidarity with individuals and communities under attack both at home and abroad, and in ongoing support of local and regional grassroots social justice efforts, activists from Ontario and Quebec are calling for a day of action to oppose theEmperor Bush's visit to Ottawa on May 5th, 2003.
We invite all organizations, affinity groups and individuals in Ontario, Quebec, the Maritimes and the Northeastern United States to join the mobilizing, organizing and awareness-raising efforts to prepare for Bush's visit.
Resistance to the Emperor's visit will involve demonstrations of all kinds, popular education, civil disobedience and direct action. It will target the many manifestations of political and economic power of the national capital, with the goal of impeding Emperor Bush's entrance to, and free passage through this territory.
We believe in manifold forms of resistance in mutual solidarity and respect, while aiming to ensure the safety and defense of all participants.
If the Emperor visits Ottawa, shut down the city!
For more information or to get involved:
bushwhack2003@ziplip.com
www.bushwhack2003.org (not quite online yet, check back very soon)
(613) 786 1066Respuesta del director del diario la República del Uruguay al embajador norteamericano en ese país, Martin Silverstein, que protestó por la comparación entre Hitler y Bush publicada en ese diario.
DE HITLER A BUSHEl señor embajador de los Estados Unidos de Norteamérica en Uruguay, Martin Silverstein, hace unos pocos días me envió un comunicado acusando al diario La República, publicación que me honro en dirigir, de carecer "de toda medida de integridad periodística" por comparar a su presidente, George Bush con el canciller del Tercer Reich alemán, Adolfo Hitler.
No pude contestarle antes porque el acto de piratería internacional que su país cometió al atacar con la más formidable maquinaria de matar que recuerde la historia universal, a un pueblo indefenso y casi desarmado, me obligó a destinar más tiempo que el rutinario en la preparación de las ediciones especiales sobre la matanza. También me encontraba ocupado en hacer condenar penalmente a torturadores uniformados que fueron entrenados en EEUU y que me estaban calumniando, tarea esta que llevé a cabo con éxito en estos días.
Cuando el embajador me visitó hace no mucho tiempo en mi despacho comenté con mis colaboradores que él era el embajador de EEUU más inteligente, perspicaz y humorista que había conocido. "Por fin -dije-, un representante del imperio con el que se puede discutir ideas fuera de los insulsos y aburridos clichés con que nos intoxican en las reuniones que nos toca compartir".
Pero, lamentablemente para el embajador, su sagacidad no le impidió la desdicha de tener que representar al presidente 43 de su nación, George Bush (hijo), un fanático paranoico, intoxicado de mesianismo, con menos luces que una babosa, borracho de poder como antaño fue borracho de alcohol y condenado legalmente por ello el 4 de setiembre de 1976 cuando conducía ebrio y a toda velocidad su automóvil, amonestado también por el famoso predicador Graham que le dijo: "Quien eres tú, para creerte Dios", militante de la Christian Right, la derecha cristiana tejana y sudista, un racista enamorado de la pena de muerte, sobre todo contra los negros, en fin, el peor presidente norteamericano de la última centuria, el que mayores tragedias desencadenará sobre su propio pueblo, la contracara del homo sapiens, la encarnación del homo demens. Y además misógino, como buen racista. Nadie puede olvidarse de las humillaciones públicas a las que somete a su esposa Laura Bush. No es fácil de olvidar el malestar de Laura cuando el presidente explicó a la prensa que su esposa no lo estaba acompañando ese día "porque ha llovido y ella necesitaba barrer la entrada, porque mañana recibiremos al presidente de China, Jiang Zemin, en nuestro rancho de Crawford (Texas)". Su compatriota, el anciano escritor Kurt Vonnegut no dudó en calificarlo del "más sórdido y patético golpista de opereta que es dable imaginar".
Pero vayamos al corazón del incidente. Que se quede el embajador de EEUU con su patética desventura de tener que defender al más delirante de los habitantes de la Casa Blanca y a mí con el honor de procesarlo con las armas de la palabra.
El tema es la comparación entre Adolfo Hitler y George Bush. Obvio es que existen diferencias. La primera de ellas es que el criminal de guerra, genocida del pueblo judío y del pueblo soviético, ganó por abrumadora mayoría los comicios alemanes, mientras que el criminal de guerra, genocida del pueblo iraquí llegó al poder en forma fraudulenta, en medio del mayor escándalo electoral de la historia norteamericana.
Desde el punto de vista teórico la comparación entre Bush y Hitler es correcta. Los cientistas han definido al nazismo como la dictadura terrorista del capital financiero en expansión. Bush al ponerse al margen de la ley e invadir a una Nación indefensa que no lo agredió, para quedarse con su riqueza petrolera, la segunda mayor del mundo, y anunciar que después le seguirán otras Naciones petroleras, se acercó a la definición de dictadura terrorista del capital financiero. Aunque no le guste aceptarlo. George Bush ya llevaba en sus genes la raíz nazi. Su abuelo, Prescott Bush, era socio de Brown Brothers Harriman y uno de los propietarios de la Unión Banking Corporation. Ambas empresas jugaron un papel clave en la financiación de Hitler en su camino hacia el poder alemán. El gobierno norteamericano ordenó el 20 de octubre de 1942 la confiscación de la Unión Ranking Corporation propiedad de Prescott Bush e incautó además la Corporación de Comercio Holando-Estadounidense y la Seamless Steel Corporation, ambas administradas por el banco Bush-Hamman. El 17 de noviembre de ese mismo año, Franklin Delano Roosevelt confiscó, por violación a la ley de comercio con el enemigo, todos los bienes de la Silesian American Corporation administrada por Prescott Bush. El bisabuelo de nuestro George, el guerrero de Dios, Samuel Bush, padre del nazi Prescott Bush, fue la mano derecha del magnate del acero Clarence Dillon y del banquero Fritz Thyssen, quien escribió el libro I Paid Hitler (Yo financié a Hitler), afiliándose en 1931 al partido nazi (Partido Obrero Nacional Socialista Alemán).
Y si el señor embajador tiene alguna duda sobre la espuria alianza de los Bush con Hitler le ruego leer el lúcido ensayo de Víctor Thorn. Dice Thorn: "Una parte importante de los cimientos financieros de la familia Bush fue constituida por medio de su ayuda a Adolfo Hitler. El actual presidente de Estados Unidos, así como su padre (ex director de la CIA, vicepresidente y presidente), llegaron a la cumbre de la jerarquía política norteamericana porque su abuelo y padre y su familia política ayudaron y alentaron a los nazis". Todo esto sin contar las estafas y desfalcos de la familia Bush por cuatro millones y medio de dólares al Broward Federal Savings en Sunrise, Florida, o la estafa a millones de ahorristas del Banco de Ahorros Silverado (Denver, Colorado).
Bisabuelo nazi, abuelo nazi, padre que no tuvo tiempo de ser nazi porque ya Hitler se había suicidado en los jardines de la Cancillería en ruinas, aunque se benefició de la fortuna mal habida de sus ancestros.
Pero no condenemos a nuestro homo demens por sus genes siniestros. Juzguémoslo sólo por sus obras. Y comparemos. Sólo comparemos. ¿Cómo cree el señor embajador, que el delirante cabo austríaco alcanzó la suma del poder público? Porque Hitler llega al poder en elecciones limpias pero se encuentra con la Constitución de Weimar que le impone límites que su omnipotencia le impide aceptar. Planifica entonces el incendio del Reichstag y en una sola noche es ungido el decisor de la guerra o la paz. ¿No le resultan conocidos esos hechos al señor embajador? La criminal demolición de las Torres Gemelas trajeron los mismos lodos que el incendio del Reichstag. Obviamente no voy a cometer la osadía de afiliarme a la tesis de los que acusan al grupo belicista bushiano de haber orquestado esa masacre o no haberla impedido cuando sabían que se preparaba. No hay pruebas contundentes para tamaña afirmación aunque sí, múltiples indicios de negligencia culpable o vastas sospechas que son alimentadas por una férrea censura, sin precedentes en la democracia norteamericana moderna. Algún día, cuando el pueblo norteamericano recupere totalmente la libertad de información e investigación sobre el martes negro del 11 de setiembre, hoy acotadas por la ley patriótica aprobada con el único voto en contra de una mujer, símbolo de la dignidad nacional norteamericana, se podrá saber por qué desoyeron los numerosos indicios y huellas dejadas por todo el país anunciando el magnicidio. Se podrá saber por qué demoraron 80 minutos en despegar los aviones militares para interceptar las aeronaves secuestradas cuando de inmediato se supo que los aviones comerciales que habían despegado de Boston habían sido secuestrados y se dirigían a Washington, cuando el manual prevé la intervención de la Fuerza Aérea en caso de secuestros, en menos de 5 minutos. Se podrá saber por qué se ocultaron los restos del presunto avión que impactó en el Pentágono. Se podrá saber por qué el director del servicio secreto paquistaní inmediatamente después de reunirse en Washington con Tenet, el jefe de la CIA norteamericana, dispuso, y así lo informa el diario conservador The Wall Street Journal, que Islamabad girara a EEUU la suma de cien mil dólares para Mohammed Atta, jefe del operativo suicida contra las Torres Gemelas de Nueva York. Sobre este dato aterrador está prohibido investigar al suspenderse las libertades civiles en EEUU a partir de la Ley Patriótica. Se podrá saber, en fin, por qué 15 de los 21 integrantes de los comandos suicidas eran originarios de Arabia Saudita, el principal aliado de los EEUU en el golfo Pérsico. No había ni un sólo iraquí. Ni por casualidad. Pero más allá de las sospechas, no hay duda que el descontrolado presidente número 43 de EEUU, ungido en elecciones fraudulentas, en medio de una impresionante recesión sin salida a la vista, con el más bajo nivel de popularidad inicial en un mandatario, pasó a dominar todo el escenario, a recibir poderes inconcebibles en una democracia, siendo coronado Emperador vindicator para lavar la afrenta que los bárbaros infringieron a su pueblo. El incendio del Reichstag americano del 11 de setiembre brindó la gran oportunidad de su vida a George Bush. La peor victoria electoral en EEUU de un presidente desde 1876 hasta nuestros días se transformó en la mayor posibilidad histórica recibida por belicista alguno para imponer al mundo el nuevo orden norteamericano.
Así como Hitler lo primero que hizo fue rodearse de una pandilla de fascinerosos como él, fanatizados por el poder de la fuerza, como Goering, Goebels, Himmler, Mengele, Eichman, el presidente texano buscó la coraza protectora de una guardia de hierro, por momentos más belicista que él, que le impiden la tentación de la duda y que portan como él una marca en el orillo: todos son petroleros. El vicepresidente Dick Cheney estuvo en el grupo Halliburton Oil, el jefe del Pentágono, Donald Rumsfeld en la petrolera Occidental, la Consejera de Seguridad Nacional, la solterona despiadada Condoleeza Rice, que por una broma de la vida su nombre significa "con dulzura", integró el directorio de Chebron y tiene buques petroleros con su nombre. También la secretaria del Interior, Gale Norton está vinculada al petróleo como Bush padre también lo estuvo en el grupo petrolero Carlyle y el actual presidente Bush hijo en la Harkins Oil. Este quinteto de la muerte que rodea al guerrero Bush, una verdadera mafiocracia, al igual que el quinteto que se fusionó con Hitler, se nutrió de una Biblia muy especial. En este caso la filosofía de Hegel, Nietzsche, Schopenhauer, que le dio vida y pasión al creador del holocausto del siglo XX fue sustituida por especímenes menos cultos y de menor prosapia intelectual, pero más pragmáticos para el Hitler del siglo XXI.
¿Cuáles son los autores de cabecera de esta pandilla belicista? El bostoniano Henry Cabot Lodge afirmando que "en el siglo XIX ningún pueblo igualó nuestras conquistas, nuestra colonización y nuestra expansión y ahora nada nos detendrá". Marse Henry Watterson declarando que EEUU es "una gran república imperial destinada a ejercer una influencia determinante en la humanidad y a modelar el futuro del mundo como no lo ha hecho nunca ninguna otra nación, ni siquiera el imperio romano". O Charles Krauthammer quien hace muy poco, en 1999 escribió en The Washington Post: "EEUU cabalga por el mundo como un coloso. Desde que Roma destruyó Cartago ninguna otra gran potencia ha alcanzado las cimas a las que hemos llegado. EEUU ha ganado la guerra fría, se ha puesto a Polonia y a la República Checa en el bolsillo y después ha pulverizado a Serbia y Afganistán. Y de paso ha demostrado la inexistencia de Europa". O Roberto Kaplan señalando que "la victoria de los EEUU en la segunda guerra mundial, al igual que la de Roma en la segunda guerra púnica, la convirtió en una potencia universal". O el conocido historiador Paul Kennedy explicando que "ni la Pax Británica, ni la Francia napoleónica, ni la España de Felipe II, ni el Imperio de Carlomagno, ni siquiera el Imperio romano pueden compararse al actual dominio norteamericano. Nunca ha existido una tal disparidad de poder en el sistema mundial". O el director del Instituto de Estudios Estratégicos Olín de la Universidad de Harvard, profesor Stephen Peter Rosen afirmando que "nuestro objetivo no es luchar contra un rival, porque éste no existe, sino conservar nuestra posición imperial y mantener el orden imperial". O el inefable Zbigniew Brzezinski declarando que "el objetivo de EEUU debe ser el de mantener a nuestros vasallos en un estado de dependencia, garantizar la docilidad y la protección de nuestros súbditos y prevenir la unificación de los bárbaros". O el Presidente Wilson declarando en pleno Congreso de la Unión que "le enseñaría a las repúblicas sudamericanas a elegir buenos diputados". O el célebre Billy Sunday quien definía a un izquierdista latinoamericano como "un tipo con hocico de puerco espín y un aliento que haría huir a un zorrino", agregando que si él pudiera "los amontonaría a todos en prisiones hasta que se les salieran los pies por las ventanas".
Escuchemos ahora al actual vicepresidente de los EEUU Dick Cheney y al secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, que junto con Dulzura Rice, forman el triángulo belicista, más temible que el de las Bermudas. Dijo el vicepresidente Cheney ante esta guerra santa: "EEUU no tiene que enrojecer por ser una gran potencia y tiene el deber de actuar con fuerza para construir un mundo a imagen de EEUU". Mientras que el jefe del Pentágono fue más claro, por si no lo entendimos. Rumsfeld dixit citando la frase preferida de Al Capone: "Se consigue más con una palabra amable y un revólver que con sólo una palabra amable". Este lenguaje que nutre la epidermis y las neuronas de Bush es un lenguaje encrático, autoritario, intimidante que conduce inevitablemente a la perversión moral del fin justificando los medios. La característica esencial del lenguaje de la banda Bush, similar al lenguaje nazi, es la simplificación, el reduccionismo y la intimidación. El lenguaje de este grupo depredador es un lenguaje esquemático, emocional, cargado de prejuicios que incita a la exaltación de los sentimientos más nobles del pueblo. No tengo dudas que Bush se nutre del lenguaje nazi.
Bush no cree, como Hitler, en el Estado de Derecho que no es el Estado que posee leyes sino el Estado que se somete, él mismo, al imperio de la ley y no puede transgredirla por ninguna causa, y menos aún por la razón de Estado. En nombre de la razón de Estado o de la Patria o de la seguridad nacional se han cometido crímenes abominables.
¿Qué diferencia entre el edificio intelectual de Bush y el de Hitler, existen en el escenario de la razón de Estado? No creo que muchas. Salvo diferencias de estilos, épocas y magnitud de fuerza y poder. El discurso de la banda Bush es el discurso del amo y del esclavo. No hay diferencias con el discurso de la pandilla hitleriana. Uno es más amable que el otro. Aunque la historia está probando que el menos amable fue menos mortífero.
Civilización, barbarie, pacificación de los bárbaros, pueblo elegido y de ahí a la raza elegida un solo paso. En fin ¿no nos hace acordar todo esto al sicópata del bigotito?
Y hablando del bigotito, es aleccionador el relato que un influyente asesor de seguridad que vive en Washington le contó a la revista argentina "Noticias": "Para bien o para mal, George Bush Jr. es el hombre indicado para esta guerra. Nació para esto. La potencia que le viene de adentro lo hace temblar. Cuando uno está hablando con él en su despacho parece que se va a comer al que tiene enfrente. Se sienta en el borde del sillón, casi sin apoyarse y mueve los brazos como si no supiera qué hacer con ellos. Necesita acción". Vaya imitación de la gestualidad del dictador nazi. Aunque nunca es lo mismo la flema de un vaquero texano pistola al cinto que la de un teutón cuasi epiléptico que se atraganta con su furia y escupe al hablar y gesticular. El cuerpo de Bush no escupe al hablar. Su alma, sí escupe, odio y violencia y genera terror. Mas no le importa. Debe haberse aprendido el "oderint dum metuant" del emperador Calígula. ("Dejen que nos odien, basta con que nos tengan miedo"). La incontinencia emocional de Bush ya es un clásico y como el Adolfo, no admite un NO. Su esposa Laura Bush recordó a la prensa que la primera vez que le dijo a su esposo que no le gustaba uno de sus discursos, éste, muy enojado, chocó su auto contra el muro de entrada del garage de su casa. Se siente como el numen nazi, un enviado de Dios, a quien convoca en cuanta oportunidad se presenta. Decretó que todas las reuniones de su Gabinete se inicien con una oración religiosa. Y dice haber consultado a Dios para atacar a Irak despreciando la posición de la mayoría de las naciones del planeta y del 90% de los seres humanos. Trata de imitar al presidente William McKinley invadiendo Filipinas para evangelizar a los nativos y culpando a Dios que le dio la orden de entrar a patadas en ese país.
Otra coincidencia en estas vidas paralelas, que hubiera hecho la delicia de Plutarco, es que Bush y Hitler se hubieran salvado de ingresar a la galería de los grandes bufones de la historia, de haber tenido un sicoanalista a mano. A ambos un buen sicoanalista les habría ayudado a canalizar su libido hacia menesteres más normales, sublimando el único afrodisíaco que tanto Hitler como Bush conocen, que es el poder omnímodo y cruel sobre los demás.
Sigamos viendo las similitudes entre el guerrero de la raza aria y el guerrero de Dios como bien calificara Telma Luzzani, al exaltado texano. Bush proclama urbi et orbe la guerra preventiva. Dwight Eisenhower en 1953 no dudó al respecto: "La guerra preventiva es un invento de Adolfo Hitler, francamente yo no me tomaría en serio a nadie que me viniera a proponer una cosa semejante". Pero ¿guerra preventiva contra quién? Bien es sabido que la primera víctima de una guerra es la verdad. Y Bush lo primero que hace para fabricar su guerra preventiva, tras el incendio del Reichstag, es mentir a lo Goebels a un grado tan primitivo que nadie terminó creyéndole algo. Primero dijo que Irak apoyaba a Al Qaeda. Cuando se comprobó el odio irreconciliable entre Saddam Hussein y el ex empleado de EEUU, Osama Bin Laden, Bush apeló a incluir a Irak en la corriente fundamentalista musulmana. Difícil de creer en el país más laico del mundo árabe. Apelaron entonces a la existencia de armas de destrucción masiva. Afirmaron que Irak no iba a permitir las inspecciones y cuando las permitió, aseveraron que no iba a dejar entrar a la ONU en los Palacios y otros lugares preservados. Cuando también se reveló que tal negativa era falsa, dijeron que las armas estaban bien ocultas. Finalmente no encontraron ni una sola. Cuando todos los argumentos fueron sepultados pidieron la renuncia o el exilio de Saddam Hussein y admitieron la única verdad real: queremos ocupar el territorio iraquí pese a quien pese y decidir quién lo va a gobernar. Democracia planetaria que le dicen. La misma operación de desinformación que Hitler lanzó contra Checoeslovaquia, Austria y Polonia. Las mismas excusas que iban cambiando a medida que se derrumbaban.
Otra similitud es el desprecio por la comunidad internacional y por la opinión pública mundial. Hitler destruyó la Sociedad de Naciones creada en 1919. Bush hizo trizas las Naciones Unidas, concitando en su contra la mayor oposición a un país desde la fundación de la ONU: 170 países no apoyan la guerra contra sólo 30, la mayoría de éstos sin peso alguno y procedentes de la desarticulada Unión Soviética, que se venden al mejor postor. A Bush, como a Hitler, no lo paró ni la mayor derrota diplomática de los EEUU desde que se fundó la ONU. A Hitler jamás le importó el odio y el rechazo de los pueblos del mundo entero. Bush intenta superar al teutón. Las manifestaciones en su contra sin precedentes en el planeta, son música guerrera para sus oídos wagnerianos. Lo enfrenta el espíritu de Seattle que fundó en 1999 el movimiento antiglobalizador y pacifista más imponente de la
historia universal. Nada lo detiene. Indignaba ver el destrato de que hacía objeto al jefe de inspectores de la ONU, Hans Blix, con sus 75 años a cuestas, nacido en la maravillosa y helada Uppsala de la Suecia socialdemócrata, un digno seguidor de las tradiciones democráticas del mártir, Olof Palme. El desprecio hacia la gente y sus derechos es el motor de su humanismo. Escuchemos al mariscal Goering en el juicio de Nuremberg: "Naturalmente la gente común no quiere la guerra, pero después de todo, son los dirigentes de un país los que determinan la política y siempre es un asunto sencillo el arrastrar al pueblo. Ya sea que tenga voz o no, al pueblo siempre se le puede llevar a que haga lo que quieren sus gobernantes. Es fácil. Todo lo que uno debe hacer es decirles que están siendo atacados y denunciar a los pacifistas por su falta de patriotismo y porque exponen el país al peligro". Fue el nazi Goering el que lo dijo en 1945, no fue George Bush. La diferencia entre Goering y Bush es que el nazi lo dijo en alemán y Bush lo dijo en inglés. La invasión de una nación soberana que no lo agredió necesitaba una legitimación ética aunque ilícita: derrocar al tirano Hussein e imponer a sangre y fuego un gobierno democrático y popular. Suena lindo, aunque la comunidad internacional y sus normas sea el precio que haya que pagar. Pero no es cierto. Nadie duda que Saddam Hussein es un dictador siniestro que ha asesinado a su pueblo y que su partido socialista Baath, de socialista no tiene nada. Pero quién puede creerle a Bush que va a instaurar la democracia iraquí cuando sus predecesores menos nazis que él, invadieron y ocuparon durante años y años naciones soberanas e instalaron dictaduras feroces que defendieron contra sus propios pueblos como Somoza en Nicaragua, Duvalier en Haití, Trujillo en República Dominicana. Tanto como los regímenes títeres y despóticos que impusieron los nazis en los países que ocuparon, incluida la Francia antigaullista del mariscal Petain.
Así como Hitler invadió Europa en busca de su Lebensraum, de su expansión territorial y de las urgentes materias primas que necesitaba para el desarrollo alemán y la construcción del nuevo imperio germano que vengara la afrenta del Tratado de Versalles, Bush va en busca también de su propio Lebensraum. Un Lebensraum que en el mundo globalizado de hoy no se mide más por kilómetros de territorios físicamente ocupados sino por el dominio económico y político que se ejerce sobre ellos dirigido a distancia desde los centros financieros internacionales. Los objetivos del nuevo Hitler son múltiples. En primer lugar apoderarse del tanque de gasolina del capitalismo mundial que no otra cosa es el Golfo Pérsico. Bush sabe que en 10 años el petróleo que produce su país, locomotora productiva del mundo, se agotará irremediablemente. En 40 años no existirá más petróleo en el planeta. Es una carrera contra reloj. Según Statistical Review disminuye en forma alarmante el descubrimiento de reservas energéticas. La última década creció sólo un 5% contra el 45% de la década anterior. El 65% de las reservas están ubicadas en Medio Oriente. EEUU consume 20 millones de barriles por día de los 77 millones que se producen a diario en el mundo, de los cuales sólo 10 millones es producido por los propios norteamericanos, que dependen de los demás para seguir siendo una potencia imperial. El objetivo del ataque a Irak, segunda reserva mundial de petróleo, es controlar esos depósitos, controlar su precio y controlar su producción. Qué armas ocultas ni qué otra cosa. Como dice Galeano, si Irak produjera rabanitos en lugar de petróleo, ¿a quién se le ocurriría invadir ese país? Para Bush el petróleo está servido. Falta sólo tomarlo. No sabe aun que puede atragantarse. La segunda jugada de Bush es disciplinar a su aliado, Arabia Saudita, primer productor mundial de petróleo y máxima reserva energética del mundo, cuyos precios no le sirven a EEUU. El tercer objetivo como reveló en febrero de este año el subsecretario de Estado, John Bolton, es invadir a Irán y a Siria, que forman junto con Corea del Norte el "eje del mal", y si la coyuntura es favorable, incluir a Libia en el santa santorum. El cuarto paso es destruir la OPEP y apoderarse de los combustibles fósiles del mundo. Si no expropia los fósiles y no encuentra a tiempo alternativas energéticas, el capitalismo norteamericano deberá modificar el modelo de consumo de su pueblo y con ello puede perder el punto de apoyo de su hegemonía mundial. El quinto objetivo son los suculentos negocios de la reconstrucción de Irak sobre el que se lanzaran muchas de las 500 transnacionales que dominan el mundo, la mayoría norteamericanas. No menos importante es el sexto objetivo, que se nutre en las enseñanzas de lord Keynes, utilizando la industria bélica para superar la honda recesión en que está hundida la economía norteamericana, con crecimiento cero. No olvidemos que una guerra se gana no cuando se impone la supremacía militar sobre el adversario sino cuando se obtienen los réditos económicos que son la razón última de su desencadenamiento. No podemos dejar de mencionar un último objetivo y quizás el más importante de esta guerra: imponer la supremacía del dólar frente al euro que en los últimos tiempos le está dando una paliza al dólar en frentes inesperados, poniendo en peligro el privilegio del peso norteamericano en la comercialización del crudo. El dólar se depreció en los últimos meses con relación al euro, un 17%, cifras inimaginables desde la creación de la moneda única europea. Incide en esta depreciación la decisión iraquí de pasar 10 billones de dólares de sus reservas a la moneda común europea, provocando un sismo en el dólar. Esta es otra de las razones del ataque a Irak, intentando que un gobierno títere haga retornar los 10 billones de dólares iraquíes al área del dólar. También Rusia está operando el petróleo en euros y además Irán y varios países de la OPEP están analizando si también abandonan el dólar y se pasan al euro. Los economistas estiman que si esto ocurre se producirá una depreciación inusitada del dólar, desplomándose el valor de los activos norteamericanos, acercando al gigante con pies de barro a un colapso económico como en la década de los 30. La invasión tiene su antecedente más raigal en la necesidad de un nuevo reparto del mundo al fracasar los acuerdos de la tríada (EEUU, Europa y Japón) en 1998 en la reunión de la OCDE en París y en 1999 en la reunión de la OMC en Washington. No hubo acuerdo en el reparto del mercado mundial asediado por la disminución del porcentaje del Producto Mundial Bruto que llegó hasta el 50% concentrado en las manos de la tríada y sus transnacionales al finalizar el siglo. El fracaso del neoliberalismo en seguir manteniendo la máxima tasa de explotación de las naciones dependientes, la fatiga y la decadencia de la hegemonía unipolar y la posibilidad no muy lejana de una crisis mundial que transforme a la arrogante dominación de hoy en una hegemonía en harapos, se encuentra en las raíces de este acto de piratería internacional. Europa no aceptó los términos del reparto y embistió con su euro. EEUU replicó con la razón de las bestias y si logra el control de los lagos negros tendrá crudo barato y abundante mientras sus aliados lo recibirán caro y en cuentagotas haciendo sufrir a sus economías. Ese es el plan guerrero. La misma razón de dominio económico que lanzó a Hitler en los brazos de Marte, al grito de "ocupar, administrar, explotar". De ahí a que Bush pueda cumplirlo hay un gran trecho. Sobre todo teniendo en cuenta que esta guerra por primera vez la afrontará económicamente solo. La anterior invasión a Irak, legitimada por la comunidad internacional, la pagaron todas las naciones. Esta invasión ilícita, crimen de lesa humanidad
contra el mundo civilizado, la pagará sólo EEUU y un pequeño porcentaje, la Inglaterra del renegado Blair. Y es mucho dinero. Suficiente como para desestabilizar aún más al dueño de la maquinita de fabricar dólares, instalada en el Departamento del Tesoro de la nación más endeudada del planeta: los EEUU de Norteamérica. Trazados los objetivos reales, Bush y su banda de halcones patentaron la estrategia militar nazi: la famosa "Blitzkrieg" con que los nazis asolaron Europa, en la modalidad de guerra relámpago con ataques combinados de divisiones enteras de tanques Panzers apoyados por oleadas de aviones y piezas de artillería. Los tiempos cambiaron y la blitzkrieg nazi se transformó en hiperblitzkrieg norteamericana, pero la modalidad inventada por los mariscales de Hitler es la misma que aplica Bush, aunque con una potencia de fuego mil veces superior.
Otra similitud es la desproporción de fuerzas. La invasión nazi a Checoeslovaquia o a Polonia donde la caballería polaca se enfrentaba a los tanques alemanes y era diezmada previamente por la aviación, no es nada comparado con el poder de fuego infernal de la más poderosa trituradora tecnológica de la historia. Es como si los polacos se defendieran con hondas frente a la Luftwage de Goering. En la primera invasión a Irak, los iraquíes tuvieron 120 mil bajas contra sólo 137 norteamericanos muertos y 7 desaparecidos. Salvo la Guardia Republicana de Saddam, el resto del ejército iraquí son famélicos campesinos sin entrenamiento, ni tecnología, ni armamento adecuado, el que se enfrentará a más de 300 mil soldados entrenados año tras año para matar sin dudar. ¿Qué puede hacer un país que tiene un presupuesto militar de 1.400 millones de dólares contra otro que destina 400.000 millones de dólares anuales en sus Fuerzas Armadas? Y por si fuera poco Bush acaba de pedir otros 75.000 millones de dólares para la propina de esta masacre. Promete a cambio que el botín de guerra compensará con creces la inversión. Antes de comenzar la matanza el ejército iraquí fue desangrado como se hace con los toros de lidia por los piqueteros apenas entran en la arena, para que el matador corra menos riesgos. Una década de sanciones económicas, de embargos, carente de repuestos, sin aviones, con escasos tanques, con pocas baterías antiaéreas y sólo equipado con los viejos fusiles de asalto AK 47, ha puesto de rodillas al toro iraquí. El torero sólo tiene que hundir su espada hasta el fondo y esperar la agonía. Las últimas noticias del frente, sin embargo, revelan que desangrado y todo, el toro está dispuesto a vender cara su vida.
El vagabundo vienés devenido en profeta de la raza aria, Adolfo Hitler, embistió sin respetar los grandes tesoros de la humanidad, destruyendo ciudades prodigiosas, culturas irrecuperables y fantásticos monumentos creados por el hombre a lo largo de los siglos. Imitando al protegido de su familia, George Bush entra a sangre y fuego en la cuna de la humanidad, en el Mesos Potamos que así se llamaba Irak hace 8 mil años, "tierra entre ríos", donde se fundó el primer estado, la primera civilización agraria y se inventó la escritura cuneiforme. En la tierra de la legendaria biblioteca de Nínive, la de la Torre de Babel, la de los jardines colgantes de Babilonia, entre el Eufrates y el Tigris, Bush se lanza inmisericorde en la primera guerra preventiva del siglo XXI. Deberá responder también por los tesoros culturales que arrase. Su homo demens tendrá que rendir cuentas al homo sapiens. Como Hitler la tuvo que rendir ante la historia y sus secuaces ante Nuremberg.
El señor embajador de los EEUU en Uruguay, dice en su comunicado contra el diario LA REPUBLICA, que está consternado por la comparación de su presidente con Hitler, explicando que lo que está haciendo Bush en Irak es lo mismo que hizo EEUU al liberar a Europa del nazismo. Creo que es un insulto a la inteligencia comparar al brillante creador del New Deal, Franklin Delano Roosevelt, con este energúmeno del poder que en nombre de las ideas mata las ideas, pero con los hombres adentro. Roosevelt ingresó a la guerra con la legitimidad que le daban todos los pueblos que se enfrentaron a la barbarie nazi, el primero de ellos el pueblo soviético que ofrendó en el altar del Moloch germano, 30 millones de sus mejores hombres, mujeres y niños, que dieron su vida para cambiar el curso de la guerra, hasta ese momento victoriosa para el Tercer Reich. Bush hace lo mismo que Hitler no lo mismo que Roosevelt. Bush viola todas las leyes internacionales, se enfrenta a las Naciones Unidas e invade al igual que Hitler a una nación cuasidesarmada que no lo agredió en momento alguno. Conviene precisar además ante la afirmación de que EEUU liberó Europa y más allá de la heroica entrega de vidas de los soldados norteamericanos en guerra con el Führer alemán, que el ingreso a la conflagración fue muy tardío, casi al final del conflicto cuando ya Alemania estaba desgastada por la resistencia soviética que enfrentó sola al 95% del potencial bélico nazi concentrado en el frente oriental. EEUU fue el único beneficiado con la segunda guerra mundial. Durante y después del conflicto. Durante, como bien explica Heinz Dieterich en LA REPUBLICA, porque desarrolló lejos de los campos de batalla su industria y agricultura aumentando los salarios reales de 1941 a 1945 en un 27% generando 17 millones de nuevos puestos de trabajo y ofreciendo en 1944 más productos y servicios a su población que antes de la guerra.Y después de la guerra cobró diez por uno su participación, y en Yalta se erigió como la potencia más fuerte del planeta, desplazando a Inglaterra, aunque temiendo a la Unión Soviética, su nuevo contrapeso histórico. Y así como decimos que es un insulto comparar a Bush con Roosevelt conviene precisar que tampoco confundimos a los padres fundadores de la democracia norteamericana, esos héroes de la libertad, a George Washington, a Abraham Lincoln, a Thomas Jefferson, con este pedagogo del crimen, patán de la muerte, que al hablar por televisión no puede ocultar el gesto taimado de los cobardes.
Charles De Gaulle, ese valiente rebelde de la Francia antinazi, le preguntaba al gran filósofo Jean Guitton. ¿Qué es la cobardía maestro? Y ese nido de sabiduría le contestaba: "La cobardía, general, es buscar la aprobación y no la verdad; las condecoraciones y no el honor, el ascenso y no el servicio; el poder y no la salud de la humanidad". ¡Qué bien se le aplica esta respuesta a nuestro nuevo Hitler que dice defender los derechos humanos de los iraquíes mientras se especializa en convertirlos en desechos humanos!
Qué nos puede extrañar esta conducta en un gobernante que se resiste a salvar al planeta de la devastación negándose a firmar los protocolos de Kyoto aprobados unánimemente por la comunidad internacional. Un gobernante que rechazó el control de armas bactereológicas porque estimó que el acuerdo para evitar la proliferación de estos arsenales era perjudicial para su país. Un gobernante que exige a las naciones independientes que firmen un documento en el cual renuncian a su derecho a juzgar a ciudadanos norteamericanos por delitos cometidos en el extranjero. Un gobernante que se niega a firmar y a participar en la Corte Penal Internacional creada recientemente por la comunidad mundial para juzgar los crímenes de lesa humanidad. En este rechazo a una institución aprobada por más de 190 países y sólo 7 en contra coincidió su voto con el del invadido Irak quien tampoco quiere que exista en el mundo una Corte Penal integrada por 18 juristas independientes para impedir legalmente que se sigan cometiendo los crímenes de guerra que tanto los gobiernos de EEUU y de Irak han cometido. ¿Qué se puede esperar de un gobernante que en su propio país, cuna de tradiciones democráticas, ha suspendido los derechos civiles, ha instaurado la censura, las listas negras, la eliminación del habeas corpus, derecho por el que dieron la vida tantas generaciones, imponiendo los juicios clandestinos, las cárceles secretas y el delito de opinión, aproximando a su sociedad a la noche negra del macartismo más anacrónico?
Pese a todo logra hoy una importante mayoría silenciosa en su propio país a favor del horror de la guerra, en medio de un gigantesco apagón intelectual en la sociedad norteamericana, empujada por la desinformación, la deformación de la realidad como sistema, el legítimo dolor del ataque criminal contra las Torres Gemelas que segó la vida de 4 mil seres humanos, y por un nacionalismo atizado por el tartufo de la Casa Blanca. El nacionalismo y el falso patriotismo es otro de los eslabones que unen a Bush y a Hitler. Ese tipo de nacionalismo es el último refugio de los canallas y se apoya en la cultura de los incultos. Albert Einstein lo describía bien: "El nacionalismo es una enfermedad infantil, el sarampión de la humanidad". Pero ya comienza a crecer, desde el pie, desde la raíz, un movimiento popular, en las mejores tradiciones civilistas del pueblo norteamericano, para expresarse en las grandes ciudades, para parar con la energía moral que da la razón, a este asesino serial que está construyendo la mayor iniquidad bélica de las últimas décadas. Y el pueblo norteamericano, aunque lentamente, comienza a comprender que "la libertad no puede ser fecunda para los pueblos que tienen la frente manchada de sangre".
¿Quién se anima a parar a este sicópata? Es la pregunta que circula por todo el planeta. Las Naciones Unidas no pudieron. La OTAN tampoco. Sus aliados europeos fueron desairados y humillados. Pero, desde el fondo mismo de la historia comienza a incubarse el antídoto. Todos los imperios y sus profetas se han ido deslizando de victoria en victoria hacia su derrumbe final. Y este imperio y su emperador, al que poco le importa ganarse la mente y los corazones de los pueblos del mundo, que es sordo o finge demencia ante la inmensa rebelión del sentido común, ante ese gran aullido de las sociedades surgido del vientre exasperado de las multitudes que se han lanzado a las calles en todo el mundo clamando por la paz y el cese de la matanza, no tendrá finalmente más remedio que entender que en esta cruzada, al vencedor sólo le pertenecerán los despojos.
Los hombres como Bush creen que los crímenes se entierran. Está equivocado. Los sobreviven. La gente está harta de violencia. Harta de las vendettas miserables de unos contra otros. Y quiere poner fin al tiempo de los asesinos. Y si la llevan a callejones sin salida, reaccionará. El discurso siniestro del amo y del esclavo termina casi siempre con la ferocidad del esclavo que ya nada tiene que perder. Espartaco dixit. La protesta no cede en todos los rincones del planeta. No ha habido un imperio tan huérfano de apoyo como el que encarna hoy este morfinómano del poder.
Y este inmenso movimiento mundial contra Bush sólo comparable al movimiento mundial contra Hitler, tiene a su favor el clásico estrabismo de los mesiánicos, que les impide ver la realidad. El estrabismo es una disposición viciosa de los ojos por el cual los dos ejes visuales no se dirigen a la vez al mismo sujeto. Ven la realidad deformada. El murmullo de millones puede transformarse en el brazo que pare esta locura. No hay que tenerle miedo a estos gigantes que ignoran las leyes de la historia. Aplican la astucia más que la inteligencia. Ello los remite al mundo dinosáurico. Esos gigantescos animales que desarrollaron cuerpos enormes y una cabeza diminuta. Cuando vino la hecatombe sus pequeñas cabezas no pudieron inventar la mutación. Sí lo hicieron los mosquitos. Hay un refrán alemán que refiriéndose a Hitler decía que "cuando veas a un gigante, examina antes la posición del sol, no vaya a ser la sombra de un enano". No sabemos aún cuánto de gigante y cuánto de enano tiene nuestro nuevo Hitler.
Recuerden a Gandhi, ese incendio moral que alertó a las conciencias. Sólo con su voz y su conducta por la no violencia puso de rodillas al mayor imperio de su época. Gandhi decía que lo más atroz de las cosas malas de la gente mala es el silencio de la gente buena. Ese silencio hoy no existe. Todos los pueblos, de los países ricos y de los países pobres, gobernados por la derecha o por la izquierda, todos, todos, con excepción del que habita en el país agresor, que comienza ya a desperezarse, han tomado conciencia de que por primera vez en el siglo XXI la guerra como una cruzada irracional puede cambiar la humanidad. Sabe que una guerra injusta es una catástrofe que paraliza el encuentro del hombre con la humanidad. Y une sus manos planetarias para decirle al sicario de la Casa Blanca, que hay una vida y una raza menos sórdida que la suya. Y que vale la pena ponernos de pie para defenderla. Esa es mi respuesta, señor embajador.
Dr. Federico Fasano Mertens,Director del Diario LA REPUBLICA, 1410 AM Libre y TV Libre
ASCO_acción - Buenos Aires, Argentina. Asqueados aurtoconvocados del planeta
La náusea
Por Eduardo Galeano
Las bombas inteligentes, que tan burras parecen, son las que más saben. Ellas han revelado la verdad de la invasión. Mientras Rumsfeld decía: “Estos son bombardeos humanitarios”, las bombas destripaban niños y arrasaban mercados callejeros.
El país que más armas y más mentiras fabrica en el mundo desprecia el dolor de los demás. “Nosotros no contamos a los muertos”, contestó el general Franks, cuando alguien le preguntó sobre los daños colaterales, como se llaman los civiles que vuelan en pedazos sin comerla ni beberla.
Babilonia, la ramera del Antiguo Testamento, merece este castigo. Por sus muchos pecados y por su mucho petróleo.
Los invasores buscan las armas de destrucción masiva que ellos habían vendido, cuando el enemigo era amigo, al dictador de Irak, y que han sido el principal pretexto de la invasión. Hasta ahora, que se sepa, no han encontrado más que armas de museo, en muy desigual combate.
Pero, ¿son armas de construcción masiva los misiles gigantes que ellos disparan? Los invasores tienen a la vista las armas tóxicas y las armas prohibidas: las están usando. El uranio empobrecido envenena la tierra y el aire y los racimos de acero de las bombas de fragmentación matan o mutilan en un área que va mucho más allá de sus blancos.***
En 1983, cuando los marines se apoderaron de la isla de Granada, la asamblea de las Naciones Unidas condenó, por abrumadora mayoría, la invasión. El presidente Reagan, respetuoso, comentó: “Esto no ha perturbado para nada mi desayuno”.
Seis años después, fue el turno de Panamá. Los libertadores bombardearon los barrios más pobres, fulminaron a miles de civiles, reducidos a 560 en la cifra oficial, y eligieron al nuevo presidente del país en la base militar de Fort Clayton. El Consejo de Seguridad, casi por unanimidad, se pronunció en contra. Los Estados Unidos vetaron la resolución, y se pusieron a trabajar en sus invasiones siguientes.
Las Naciones Unidas aplaudieron esas invasiones siguientes, o silbaron y miraron para otro lado. Y fueron las Naciones Unidas las que decretaron el embargo internacional contra Irak, que asesinó mucha más gente que la guerra de Bush Padre: más de medio millón de niños muertos, a confesión de parte, por falta de medicinas y de alimentos.
Pero ahora, oh sorpresa, las Naciones Unidas se han negado a acompañar la nueva carnicería de Bush Hijo. Para evitar que en las próximas guerras se repita este episodio de mala conducta, me temo, no habrá más remedio que contar los votos del Consejo de Seguridad en el estado de Florida.***
No habían aparecido los primeros misiles en los cielos de Irak, cuando ya se había cocinado el gobierno de ocupación, democrático gobierno íntegramente formado por militares de Estados Unidos, y ya se estaba haciendo el reparto de los despojos del vencido. Todavía se sigue disputando el botín, que no es moco de pavo: los fabulosos yacimientos de oro negro, el gran negocio de la reconstrucción de lo que la invasión destruye...
Las empresas agraciadas celebran sus conquistas en las pizarras de la Bolsa de Nueva York. Allí está el mejor noticiero de la guerra. Los índices bailan al son de la carnicería humana.
En 1935, el general Smedley Butler había resumido así sus tres décadas de trabajo como oficial de marines: “Yo fui un pistolero del capitalismo”. Y había dicho que él podía dar algunos consejos a Al Capone, porque los marines operaban en tres continentes y Capone actuaba nada más que en tres distritos de una sola ciudad.***
Y a mí qué tajada me va a tocar, se preguntan algunos miembros de la coalición. Pero, ¿qué coalición? Los cómplices de esta misión libertadora, que son cuarenta, como en el cuento de Alí Babá, integran un coro donde abundan los violadores de los derechos humanos y las dictaduras lisas y llanas. ¿Y desde dónde se ha lanzado la cruzada? ¿Dónde están ubicadas lasbases militares de Estados Unidos? Basta con echar una ojeada al mapa: esas monarquías petroleras, inventadas por las potencias coloniales, se parecen tanto a la democracia como Bush se parece a Gandhi.
***
Es una alianza de dos. Uno que crece, el imperio de hoy, y otro que encoge, el imperio de ayer. Los demás sirven el café y esperan la propina.
Esta alianza de dos por la libertad del petróleo, que Irak nacionalizó, no tiene nada de nuevo.
En 1953, cuando Irán anunció la nacionalización del petróleo, Washington y Londres respondieron organizando, juntos, un golpe de Estado. El mundo libre amenazado hizo correr la sangre y el sha Pahlevi, estrella de las revistas del corazón, se convirtió en el carcelero de Irán durante un cuarto de siglo.
En 1965, cuando Indonesia anunció la nacionalización del petróleo, Washington y Londres también respondieron organizando, juntos, un golpe de Estado. El mundo libre amenazado instaló la dictadura del general Suharto sobre una montaña de muertos. Medio millón, según los cálculos que más cortos se quedan. De cada árbol colgaba un ahorcado. Todos comunistas, aclaraba Suharto.
El siguió matando. Le quedó el tic. En 1975, pocas horas después de una visita del presidente Gerald Ford, invadió Timor Oriental y asesinó a la tercera parte de la población. En 1991 mató, allí, a unos cuantos miles más. Diez resoluciones de las Naciones Unidas obligaban a Suharto a retirarse de Timor Oriental “sin demora”. El, siempre sordo. A nadie se le ocurrió bombardearlo por eso, ni las Naciones Unidas le decretaron ningún embargo universal.***
En 1994, John Pilger visitó Timor Oriental. Mirara donde mirara, campos, montañas, caminos, veía cruces. La isla, toda llena de cruces, era un gran cementerio. De esas matanzas, nadie se había enterado.
El año pasado, Ana Luisa Valdés estuvo en Yenín, uno de los campos de refugiados palestinos bombardeados por Israel. Ella vio un inmenso agujero, lleno de muertos bajo los escombros. El agujero de Yenín tenía el mismo tamaño que el de las Torres Gemelas de Nueva York. Pero, ¿cuántos lo veían, además de los sobrevivientes que revolvían los escombros buscando a los suyos?
Las tragedias conmueven al mundo en proporción directa a la publicidad que tienen.***
Hay periodistas honestos, que cuentan la guerra de Irak tal como la ven. Algunos, lo han pagado con la vida. Pero hay periodistas disfrazados de soldados, que más bien parecen soldados disfrazados de periodistas, que ofrecen versiones adaptadas al paladar de las grandes cadenas de la desinformación globalizada.
¿Matanzas en los mercados llenos de gente? Fueron bombas iraquíes. ¿Civiles muertos? Escudos humanos que usa el dictador. ¿Ciudades sitiadas, sin agua ni comida? La invasión es una misión humanitaria. ¿Resistieron algunas ciudades mucho más de lo previsto? En la tele, se han rendido todos los días.
Los invasores son héroes. Los invadidos que les hacen frente son instrumentos de la tiranía: los acusan de defenderse.
La mayoría de los estadounidenses está convencida de que Saddam Hussein derribó las torres de Nueva York. También cree, esa mayoría, que su presidente hace lo que hace por el bien de la humanidad y por inspiración divina. Los medios masivos venden certezas, y las certezas no necesitan pruebas. Pero el mundo está harto de que una vez más lo obliguen a tragarse, cada día, los sapos de ese menú.***
El país dedicado a bombardear a los demás países, que desde hace añares viene infligiendo al planeta una incontable cantidad de once de setiembres, ha proclamado la tercera guerra mundial infinita.
El presidente, que no fue a Vietnam gracias a papá y que sólo conoce las guerras de Hollywood, manda matar y manda morir.
No en nuestro nombre, claman los familiares de las víctimas de las torres.
No en nuestro nombre, clama la humanidad.
No en mi nombre, clama Dios.
Una carta de Terry Jones (integrante del grupo Monty Python)
al London Observer (Domingo, 26 de enero de 2003):> >"Estoy entusiasmado con la última razón que da George Bush para > >bombardear Iraq: se le agota la paciencia. ¡A mí me pasa lo mismo! Llevo un
> >tiempo bastante cabreado con el Sr. Johnson, que vive dos puertas más abajo. > >Bueno: con él y con el Sr. Patel, que regenta la tienda de comida
> >naturista. > >Los dos me miran mal, y estoy seguro de que el Sr.Johnson planea > >algo horrible contra mí, aunque aún no he podido descubrir el qué.
> > > >He estado husmeando su casa para ver qué pretende, pero tiene todo > >bien escondido. Así es de taimado. En cuanto a Patel, no me pregunten
> >cómo lo sé, el caso es que sé -de buena tinta- que en realidad es un > >asesino en serie. > > > >He llenado la calle de panfletos explicando a la gente que si no > >actuamos primero, nos irá liquidando uno a uno. Algunos de mis vecinos > >dicen que si tengo pruebas, que vaya a la Policía. Qué ridiculez. La Policía diría > >que necesitan evidencia de un crimen del que acusar a mis vecinos. > > > >Saldrían con interminables sutilezas y objeciones sobre los pros y
> >los contras de un ataque preventivo, y mientras tanto, Johnson estaría > >finalizando sus planes para cometer actos terribles contra mi > >persona, mientras Patel estaría matando gente en secreto. > > > >Ya que soy el único de la calle con un arsenal decente de armas > >automáticas, me doy cuenta de que es cosa mía mantener la paz. Pero > >hasta hace poco ha sido algo difícil hacerlo. Ahora, sin embargo, > >GeorgeW. Bush ha dejado claro que todo lo que necesito es que se me agote > >la paciencia, ¡y ya puedo tirar hacia delante y hacer lo que quiera! Y > >reconozcámoslo, la política cuidadosamente razonada de Bush con
> >respectoa Iraq es la única manera de conseguir la paz y la seguridad > >internacionales. > >La única manera segura de parar a los terroristas fundamentalistas
> >suicidas que amenazan a EE.UU. y al Reino Unido es bombardear algunos > >países musulmanes que nunca nos han amenazado. ¡Por eso quiero volar el garaje > >de Johnson y matar a su mujer y sus hijos! ¡Ataquemos primero! Eso le dará una lección. > > > >Así nos dejará en paz y dejará de mirarme de esa manera tan > >absolutamente inaceptable. > > > >El Sr. Bush deja claro que todo lo que él necesita saber antes de > >bombardear Iraq es que Saddam es un hombre desagradable de verdad y > >que tiene armas de destrucción masiva -aunque nadie pueda encontrarlas-. > >Estoy seguro de que tengo la misma justificación para matar a la esposa y a > >los hijos de Johnson, que tiene Bush para bombardear Iraq. El deseo a > >largo plazo del Sr. Bush es hacer del mundo un lugar más seguro, > >eliminando a los "estados peligrosos" y al "terrorismo". Una intención a largo plazo bien inteligente, porque, ¿cómo diablos se sabe cuándo se ha acabado? > > > >¿Cómo sabrá Bush cuándo ha acabado con todos los terroristas? ¿Cuando > >todos los terroristas hayan muerto? Pero un terrorista sólo lo es una vez > >que ha cometido un acto de terror. ¿Qué pasa con los futuros terroristas? Ésos son los que realmente hay que eliminar, porque la mayor parte de los > >terroristas conocidos, como son suicidas, se eliminan ellos solos. > >¿Será acaso que el Sr. Bush necesita acabar con todos los que podrían, > >quizá, ser futuros terroristas? ¿A ver si es que no puede estar seguro de > >lograr su objetivo hasta que cada fundamentalista islámico esté muerto?
> > > >Pero resulta que algunos musulmanes moderados pueden convertirse en > >fundamentalistas. Tal vez lo único seguro que quepa hacer, según Bush,
> >sea eliminar a todos los musulmanes. Lo mismo pasa en mi calle. > > > >Johnson y Patel son sólo la punta del iceberg. Hay docenas de personas
> >en la calle a las que no gusto y que -lo digo con el corazón- me miran > >muy mal. Nadie estará seguro hasta que haya acabado con todos. Mi mujer me
> >dice que a lo mejor estoy yendo demasiado lejos, pero yo le digo que lo > >único que hago es usar la misma lógica que el Presidente de los Estados
> >Unidos. Con eso le callo la boca. Igual que le ocurre al Sr. Bush, a mí se > >me ha acabado la paciencia, y si ésa es razón suficiente para el
> >Presidente, también lo es para mí. Le daré a la calle entera dos > >semanas -no, diez días- para que salgan a la luz y entreguen a todos los
alienígenas y piratas interplanetarios, > >a los forajidos galácticos y a los cerebros terroristas interestelares, y si no los entregan de buena gana y dicen "gracias", bombardearé la calle entera. > > > >Tan sensato es esto como lo que se propone George W. Bush. Y al > >contrario de lo que él pretende, mi política sólo destruirá una calle"CARTA A BUSH DE GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ
Artículo de Gabriel García Márquez sobre el 11 de septiembre: ¿Cómo se siente? ¿Cómo se siente ver que el horror para questalla en tu patio y no en el living del vecino? ¿Cómo se siente el miedo apretando tu pecho, el pánico que provocan el ruido ensordecedor, las llamas sin control, los edificios que se derrumban, ese terrible olor que se mete hasta el fondo en los pulmones, los ojos de los inocentes que caminan cubiertos de sangre y polvo? ¿Cómo se vive por un día en tu propia casa la incertidumbre de lo que va a pasar? ¿Cómo se sale del estado de shock? En estado de shock caminaban el 6 de agosto de 1945 los sobrevivientes de Hiroshima. Nada quedaba en pie en la ciudad luego que el artillero norteamericano del Enola Gay dejara caer la bomba. En pocos segundos habían muerto 80.000 hombres mujeres y niños. Otros 250.000 morirían en los años siguientes a causa de las radiaciones.
Pero ésa era una guerra lejana y ni siquiera existía la televisión. ¿Cómo se siente hoy el horror cuando las terribles imágenes de la televisión te dicen que lo ocurrido el fatídico 11 de septiembre no pasó en una tierra lejana sino en tu propia patria? Otro 11 de setiembre, pero de 28 años atrás, había muerto un presidente de nombre Salvador Allende resistiendo un golpe de Estado que tus gobernantes habían planeado. También fueron tiempos de horror, pero eso pasaba muy lejos de tu frontera, en una ignota republiqueta sudamericana. Las republiquetas estaban en tu patio trasero y nunca te preocupaste mucho cuando tus marines salían a sangre y fuego a imponer sus puntos de vista. ¿Sabías que entre 1824 y 1994 tu país llevó a cabo 73 invasiones a países de América Latina? Las víctimas fueron Puerto Rico, México, Nicaragua, Panamá, Haití, Colombia, Cuba, Honduras, República Dominicana, Islas Vírgenes, El Salvador, Guatemala y Granada. Hace casi un siglo que tus gobernantes están en guerra. Desde el comienzo del siglo XX, casi no hubo una guerra en el mundo en que la gente de tu Pentágono no hubiera participado. Claro, las bombas siempre explotaron fuera de tu territorio, con excepción de Pearl Harbor cuando la aviación japonesa ombardeó la Séptima Flota en 1941. Pero siempre el horror estuvo lejos. Cuando las Torres Gemelas se vinieron abajo en medio del polvo, cuando viste las imágenes por televisión o escuchaste los gritos porque estabas esa mañana en Manhattan, ¿pensaste por un segundo en lo que sintieron los campesinos de Vietnam durante muchos años? En Manhattan, la gente caía desde las alturas de los rascacielos como trágicas marionetas. En Vietnam, la gente daba alaridos porque el napalm seguía quemando la carne por mucho tiempo y la muerte era
espantosa, tanto como las de quienes caían en un salto desesperado al vacío. Tu aviación no dejó una fábrica en pie ni un puente sin destruir en Yugoslavia. En Irak fueron 500.000 los muertos. Medio millón de almas se llevó la Operación Tormenta del Desierto...¿Cuánta gente desangrada en lugares tan exóticos y lejanos como Vietnam, Irak,
Irán, Afganistán, Libia, Angola, Somalia, Congo, Nicaragua, Dominicana, Camboya, Yugoslavia, Sudán, y una lista interminable? En todos esos lugares los proyectiles habían sido fabricados en factorías de tu país, y eran apuntados por tus muchachos, por gente pagada por tu Departamento de Estado, y sólo para que tu pudieras seguir gozando de la forma de vida americana. Hace casi un siglo que tu país está en guerra con todo el mundo. Curiosamente, tus gobernantes lanzan los jinetes del Apocalipsis en nombre de la libertad y de la democracia. Pero debes saber que para muchos pueblos del mundo (en este planeta donde cada día mueren 24.000 pobladores por hambre o enfermedades curables), Estados Unidos no representa la libertad, sino un enemigo lejano y terrible que sólo siembra guerra, hambre, miedo y destrucción. Siempre han sido conflictos bélicos lejanos para ti, pero para quienes viven allá es una dolorosa realidad cercana, una guerra donde los edificios se desploman bajo las bombas y donde esa gente encuentra una muerte horrible. Y las víctimas han sido, en el 90 por ciento, civiles, mujeres, ancianos, niños efectos colaterales. ¿Qué se siente cuando el horror golpea a tu puerta aunque sea por un sólo día? ¿Qué se piensa cuando las víctimas en Nueva York son secretarias, operadores de bolsa o empleados de limpieza que pagaban puntualmente sus impuestos y nunca mataron una mosca? ¿Cómo se siente el miedo? ¿Cómo se siente, yanqui, saber que la larga guerra finalmente el 11 de septiembre llegó a tu casa? Gabriel García Márquez(Carta abierta escrita por el documentalista norteamericano Michael Moore. Este documentalista ha causado granrevuelo en el país imperial con su documental Bowling for Columbine.)
Lunes, 17 de marzo de 2003 George W. Bush 1600 Pennsylvania Ave.
Washington, DC Estimado gobernador Bush:Así que hoy es lo que usted llama "el momento de laverdad", el día en el que "Francia y el resto del mundo tendrán queponer sus cartas sobre la
mesa". Me alegra saber que por fin ha llegado eldía. Porque, tengo que decírselo, habiendo sobrevivido 440 días de mentiras y maquinaciones
suyas, no estaba seguro si iba a aguantar muchomás. Así que me alegra saber que hoy es el Día de la Verdad, porquetengo unas pocas verdades
que compartir con usted:
1. No hay virtualmente nadie en EE.UU. (con la excepción dechiflados de la radio hablada y de Fox News) que se sienta exaltado porla idea de ir
a la guerra. Créame. Salga de laCasa Blanca y a cualquiera calle en EE.UU. y trate de encontrar a cinco personas que estén apasionadaspor el
deseo de matar iraquíes. ¡NO LOSENCONTRARÁ! ¿Por qué? ¡Porque ningún iraquí ha venido aquí a matar aalguno de nosotros! Ningún iraquí ha
amenazado con hacerlo. Ya ve, es como pensamos los estadounidenses típicos: Si no percibimos a algún tipocomo una amenaza para nuestras
vidas, entonces, créalo o no, ¡no deseamos matarlo a él! ¿Qué raro no?
2. La mayoría de los estadounidenses - los que nunca lo eligierona usted - no son engañados por sus armas de distracciónmasiva. Sabemos lo que son los temas reales que afectan nuestras vidas de todos los días y ninguno de ellos comienza con I o termina con K. Vea, lo quenos amenaza
son: dos y medio millones de puestos de trabajo perdidosdesde que usted subió al poder, el mercado bursátil que seha convertido en un chiste
cruel, nadie sabe si sus fondos de pensiónvan a existir, la gasolina ahora cuesta dos dólares el galón y la lista sigue y sigue.El bombardeo
de Irak no llevará a que algo de esto desaparezca. Sólo si usted desaparece mejorarán las cosas.
3. Como dijo Bill Maher la semana pasada,¿cuánto daño tiene que hacer
usted para perder una competencia depopularidad con Sadam Husein? El
mundo entero está en contra suya, Mr.Bush. Cuente a sus compatriotas
entre ellos.
4. El Papa dijo que esta guerra es errónea, que es unPECADO. ¡El Papa! Pero, lo que es peor, ¡los Dixie Chicks [trío de músicacountry] también
se han pronunciado en su contra!¿Dónde tendrán que llegar las cosas antes de que usted se dé cuenta de que usted forma unejército de uno en
esta guerra? Desde luego, es una guerra queusted no tendrá que librar personalmente. Igual como desertó cuandolos pobres eran embarcados a
Vietnam en su lugar.
5. ¡De los 535 miembros del Congreso, sóloUNO (el senador Johnson de Dakota del Sur) tiene un hijo o hija enlas fuerzas armadas! Si usted
verdaderamente quiere dar la cara por EE.UU., por favor envíe de inmediato a sus hijas gemelas a Kuwait y dejeque se pongan sus trajes
para la guerra química. Y que cada miembro delCongreso con un hijo en edad militar también sacrifique a sus hijos para elesfuerzo de guerra.
¿Qué le parece? ¿No PIENSA lo mismo? Bueno, ¡eh!,¿sabe qué?, ¡nosotros tampoco lo pensamos!
6. Para terminar, amamos a Francia. Sí, han hecho algunos líostremendos. Sí, algunos de ellos pueden ser bastante molestos. Pero, ¿se le ha
olvidado que no tendríamos este país conocidocomo America si no fuera por los franceses? ¿ Que fue su ayuda en laGuerra de la Revolución la
que nos permitió vencer? ¿ Que fue Francia la que nos dio nuestra Estatua de la Libertad, un francés el queconstruyó el Chevrolet, y un par de
hermanos franceses los que inventaron las películas? Y ahora están haciendo lo que sólo un buen amigo puede hacer:decirle la verdad sobre usted, abiertamente, sin sandeces. Déjese de mearsobre los franceses y agradézcales que por una vez tenganrazón. Sabe, de verdad que usted
debería haber viajado más (digamos una vez)antes de hacerse cargo. Su ignorancia del mundo no sólo lo hallevado a parecer estúpido, lo ha
colocado en un rincón del que no puede salir. Bueno, anímese: hay buenas noticias. Si ustedhace esta guerra, es más que probable que termine pronto porque me imagino que no hay muchos iraquíes que estén dispuestos a sacrificar sus vidas para proteger a Sadam Husein. Después de que usted "gane" esta guerra, gozará de un tremendo auge en las encuestas de popularidad porque a todos lesgusta el vencedor, y a quién no le gusta ver una buena sentadade culo de vez en cuando (¡especialmente si es un culo del tercer mundo!). ¡E igualque con Afganistán, nos olvidaremos de lo que le pase al paísdespués de que lo bombardeemos porque es demasiado complicado! Asíque haga lo que pueda por estirar esta victoria hasta la elección del próximo año.Por cierto, ¡falta bastante hasta entonces, así que a todos nospresentarán un buen Hardy-har-har mientras vemos a la economía bajando por el inodoro! Pero, bueno, quién sabe ¡tal vez usted encuentre a Osamaunos pocos días
antes de la elección! Vea, ¡piense en ESO! ¡No pierda laesperanza! ¡Mate iraquíes, tienen nuestro petróleo!Atentamente,
Michael Moore
www.michaelmoore.comcarta de Covadlo
En los dos primeros meses del año 2003, usted ha sido capaz de mostrar muchas cosas importantes al mundo, y por eso merece mi gratitud. Así, es que quiero decirle: gracias. Gracias por mostrar a todos que el pueblo Turco y su Parlamento no están en venta ni por 26.000 millones de dólares.Gracias por revelar al mundo el gigantesco abismo que existe entre la decisión de los gobernantes y los deseos del pueblo.Por dejar claro que tanto José María Aznar como Tony Blair no conceden la mínima importancia ni tienen ningún respeto por los votos que recibieron.Aznar es capaz de ignorar que el 90 por ciento de los españoles están contra la guerra, y Blair no se inmuta con la mayor manifestación pública realizada en Inglaterra en los últimos 30 años.Gracias porque su perseverancia forzó a Tony Blair a ir al Parlamento Inglés con un dossier falsificado, escrito por un estudiante diez años atrás, y presentarlo como "pruebas contundentes recogidas por el servicio secreto británico".Gracias por lograr que Collin Powell se pusiera en ridículo al mostrar al Consejo de Seguridad de la ONU algunas fotografías que, una semana más tarde, fueron públicamente impugnadas por Hans Blix, el Inspector responsable del desarme de Irak.Gracias porque su posición hizo que el Ministro de Relaciones Exteriores de Francia, el Sr. Dominique de Villepin, en su discurso contra la guerra, tuviese el honor de ser aplaudido en el plenario. Honor que, por lo que sé, sólo había sucedido una vez en la historia de la ONU en ocasión de un discurso de Nelson Mandela.Gracias porque a causa de sus esfuerzos por la guerra, es la primera vez que las naciones árabes -generalmente divididas-, han condenado unánimemente una invasión, durante la reunión celebrada en El Cairo la última semana de febrero.Gracias porque su retórica afirmando que "la ONU tiene una oportunidad de mostrar su relevancia", logró que hasta los países más reacios terminaran tomando una posición en contra del ataque a Irak.Gracias porque su política exterior ha hecho declarar al Ministro de Relaciones Exteriores de Inglaterra, Jack Straw, en pleno siglo XXI, que "una guerra puede tener justificaciones morales", y con esa declaración perder toda su credibilidad.Gracias por intentar dividir una Europa que lucha por su unificación; es una señal de alerta que no será ignorada.Gracias por haber conseguido lo que pocos han conseguido en este siglo: unir a millones de personas en todos los continentes luchando por la misma idea -aun cuando esta idea sea opuesta a la suya.Gracias por hacernos sentir nuevamente que, aunque nuestras palabras no sean oídas, por lo menos son pronunciadas, y esto nos dará más fuerza en el futuro.Gracias por ignorarnos, por marginar a todos aquellos que tomaron una actitud contra su decisión, pues el futuro de la Tierra es de los excluidos.Gracias porque, sin usted, no habríamos conocido nuestra capacidad de movilización. Quizá no sirva para nada en el presente, pero seguramente será útil más adelante. Ahora que los tambores de guerra parecen sonar de manera irreversible, quiero hacer mías las palabras que un antiguo rey europeo dirigió a un invasor: "Que su mañana sea hermosa, que el sol brille en las armaduras de sus soldados - porque durante la tarde yo le derrotaré".Gracias por permitirnos a todos, un ejército de anónimos que se manifiestan por las calles intentando parar un proceso ya en marcha, conocer la sensación de impotencia, aprender a lidiar con ella y transformarla....Por lo tanto, aproveche su mañana y la gloria que ella aún pueda traerle.
Gracias porque no nos escucho y por no tomarnos en serio. Pero sepa que nosotros le
escuchamos y no olvidaremos sus palabras.Gracias, gran líder George W. Bush.
Muchas gracias.Paulo Coelho!!
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