Manuela van den Broeck (Interpolación)

 

  Elisabeth Fritzl, la hija del monstruo de Amstetten, Josef Fritzl, ha exculpado a su madre del martirio sufrido los últimos 24 años, encerrada en un zulo y sometida a las constantes violaciones de su padre, de quien tuvo siete hijos. La víctima ha explicado qué paso “Fui un juguete en manos diabólicas y faltas de sentido, fui alguien asustado y acobardado en el rincón mas tenebroso, fui quien despertó en la muerte de un sueño llamado vida”


   Los primeros meses atada, y los primeros nueve años en una única estancia del sótano y hasta 1993 su padre no organizó otros espacios.  El resto de la familia convencidos de que habían sido abandonados por su madre.

   Según publica hoy el semanario alemán Der Spiegel, en todos estos años de cautiverio su madre, Rosemarie, nunca supo nada ni tuvo que ver con lo ocurrido, y sólo recibió alimentos y vestidos de su padre. La víctima ha relatado a la policía: Seré quien se divierta jugando con su alma rota y fría”

 

 

 

 

 

 Los hijos nacidos en estos primeros años fueron testigos de las violaciones continuas a las que su padre la sometió. Der Spiegel cuenta también que la familia estuvo bajo observación de asistentes sociales que jamás sospecharon nada y que incluso constataron en sus actas que al padre se le veía aliviado tras la conmoción sufrida por haber encontrado un bebé abandonado en su puerta. Tres de sus hijos-nietos vivieron con él, su mujer y el resto de la familia, convencidos de que habían sido abandonados por su madre. Kerstin, la hija mayor de Elisabeth, sigue internada en el hospital de Amstetten en estado grave, probablemente por una infección contraída en el zulo.