Cierre final de Luis el 23 de diciembre a la madrugada
(son los cinco minutos para el cierre acordado para los bloques)
Sr. Presidente (Maqueda).— Tiene la palabra el señor
diputado Zamora.
Sr. diputado Zamora. — Creo que este ha sido un
debate muy pobre, y utilizo este calificativo teniendo en cuenta la situación
por la que atraviesan el país y sus habitantes.
Se
preocupan por las frases mencionadas por el otro bloque, aunque aclaro que
a mí también me preocupan cuando el otro bloque no recuerda sus dichos con
relación a la legitimidad y al sentimiento democrático. Pero aquí hemos asistido
a reproches de un bloque contra otro, tal como ocurriera desde 1989 hasta
1993, que fue el período en el cual estuve, y prácticamente no se tocó ninguno
de los problemas de fondo que tienen la Argentina y sus habitantes.
Creo
que eso es lo que hace pobre el debate, no es una valoración soberbia sino
una descripción de la realidad, porque se pelean por una frase y entonces
uno dice una cosa y el otro dice otra. ¿Quién puede olvidar cuando el ex presidente
Menem dijo que si durante la campaña electoral hubiese dicho lo que iba a
hacer en el gobierno no lo habría votado nadie? Y yo me pregunto: ¿qué carácter
democrático tenía esa expresión? Me parecen muy pobres esas peleas entre los
que en el fondo han vivido haciendo lo mismo.
Como
dije en mi anterior intervención, el problema de fondo de la Argentina al
que esta Asamblea no le ha dado ninguna propuesta —y no digo una salida sino
una perspectiva— es que ha quedado fuera del mundo y eso ha estado hundiendo
al país. Engañar a la población diciendo que con la pesificación, la dolarización
o la devaluación —según el interés económico que se represente— puede haber
alguna salida es realmente muy pobre. Hay un mundo capitalista que no nos
ha dejado nichos para nada. Entonces, se trata de confrontar con ese mundo.
Cuando Bush dice "Alíneense detrás mío para defender al mundo civilizado"
nosotros tenemos que responderle que ese es un mundo de barbarie que nos niega
todo. Tenemos que luchar y confrontar junto a América latina contra ese mundo.
Empezaríamos a discutir lo que pasa en el mundo, a actuar como médicos y no
como curanderos.
Creo
que no debemos insistir en querer entrar en un mundo en el cual los Estados
Unidos gastan 400 mil millones de dólares en armamentos, mientras mueren 12
millones de niños —lo cual se podría evitar con sólo 3 mil millones—, para
buscar algún nicho y defenderlo porque es "civilizado". Esta es
la discusión de fondo que tiene que plantear la Argentina, que por eso está
asfixiada.
Considero
que no es un mundo civilizado sino la barbarie del capitalismo. No habrá cambios
en el país si no enfrentamos este problema, y para ello apelo a la población.
De ahí viene el no pago de la deuda externa; no de consignas aisladas para
diferenciarse de los demás. De ahí viene la nacionalización de la banca, para
que no se fuguen todos; la nacionalización del comercio exterior; la reestatización
de las empresas que nos robaron —y especialmente de las AFJP—, la aplicación
de impuestos progresivos, terminar con el IVA, las medidas que tiendan a confrontar
con ese mundo...
Sr. Presidente (Maqueda).— Perdóneme, señor diputado:
le queda un minuto. Le ruego que redondee.
Sr. diputado Zamora. — Para redondear, lo que
aquí se ha propuesto es ilegítimo porque la Asamblea Legislativa no puede
legislar. Ustedes, por la mayoría que tienen, como una forma de arrasar, pueden
decir que sí; pero no es así. El reglamento que se pretende aplicar se contrapone
con lo dispuesto en el artículo 77, apartado II, de la Constitución. Cualquier
persona sin conocimiento jurídico lo puede apreciar.
Además,
la ley de lemas es una trampa —ustedes lo saben— para dirimir las internas
porque no pueden hacerlo de otra forma; pero no se trata de internas por las
necesidades de la población sino por los grupos económicos que influyen en
esas internas.
Por
lo tanto, como les señalé días atrás, me parece que siguen sin escuchar los
reclamos de la población. Me hace ser muy optimista el hecho de que la población
recuperó un poder que delega en la democracia representativa y apuesto a que
lo siga conservando...
Sr. Presidente (Maqueda).— Discúlpeme, señor diputado:
terminó el tiempo de su exposición.
Tiene
la palabra el señor diputado Esaín.
Sr. diputado Zamora. — ¿Me permite una conclusión,
señor presidente?
Sr. Presidente (Maqueda).— Sí
Sr. diputado Zamora. — Por las razones de ilegitimidad
que acabo de mencionar, mi bloque no va a participar de la votación para no
avalar este mecanismo ilegítimo de esta Asamblea, y se va a retirar.
— Manifestaciones en las
bancas y en las galerías.
Sr. Presidente (Maqueda).— Silencio por favor. Esas
expresiones no se corresponden con el ámbito en el cual nos encontramos. Tiene
la palabra el diputado Esaín.
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